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domingo, 3 de marzo de 2013

Aquella invitación a la JMJ del año 2.000 en Tor Vergata


No. No estoy en la foto, -la hice yo-.
 En agosto del año 2000, me encontraba en Tordesillas haciendo unos de esos cursos internacionales que tanto me chiflan. Casi al final vino a vernos un sacerdote amigo, marchoso, acostumbrado a estar siempre en la brecha apostólica con gente joven.
Las asistentes al curso ya hacía tiempo que habíamos pasado de los 20 años..., pero él nos preguntó:

-¿A cuántas niñas vaís a llevar a la JMJ?

Juan Pablo II estaba ya muy enfermo y se preveía que igual iba a ser la última jornada con él. ¡A mí, me empezó a entrar un hormiguillo...!
Y la cosa se agrabó, cuando al marcharse, dice esta frase, -en plan castizo-, que aún recuerdo literalmente:

-¡La que no vaya a Roma con niñas este año, ya se puede estar tirando de los pelos por toda la eternidad!
Lo peor es lanzarme un reto.

Al volver a Cantabria me puse a pensar y a invitar cuanta jovencita conocía. ¡A catorce tuve que invitar!, pero al final salió una sobrina nieta de mi madre, y una amiga suya de también catorce años, -a las que por supuesto, no conocíamos ni ella ni yo-. (Prueba palpable de que Dios "desea" que hagamos todo lo que podamos por su causa; que después ya Él remata con lo que quiere).

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