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jueves, 27 de septiembre de 2012

1936: Un domingo lleno de miedo en la iglesia de la Asunción


Puruchi, -mi padre-, llamaba a la Guerra Civil de 1936 “contienda fratricida”. 
Después de conocer a mamá sólo tuvo tiempo para ella; hasta el punto de olvidarse que le estaban esperando para la despedida de soltero de uno de sus amigos. Y le llamaron por teléfono:
- ¡Puruchi!
Mamá le hacía muchísima gracia. Cuando hablaba, de vez en poco, necesitaba decir:
- ¿Verdad Loli?
- Sí.
Luego todos la llamábamos “Lucas”. De Loluca: Lucas. Otros la llamaban Lolín. Y el “Cielín”. En Cantabria la gente es bronca. Pero tierna, cuando conocen. Ahora, de mimos: ¡Nada!
Desde el año 1931, ya las cosas se iban poniendo políticamente cada vez peor. Les insultaban por la calle, llamándoles señoritos. Pero es que mucha gente pasaba hambre y no tenía más que alpargatas para calzarse.
Papá siempre contaba que fueron horribles las elecciones Municipales.
El 12 de abril, se proclamó la II República, y el Rey Alfonso XIII, se vio obligado a salir de España.
Incautaron el Palacio de la Magdalena. Al año siguiente ya era Universidad Internacional de verano.
Triunfaron los republicanos en todos los municipios de La Montaña. Se cerró la Standard Eléctrica, dejando en la calle a 300 hombres. La Naval de Reinosa despidió a 210 obreros. Ordenaron retirar los Crucifijos de las Iglesias. Los Colegios religiosos sufrieron el ataque de los más radicales.
El 24 de enero se disolvió la Compañía de Jesús, y, se les confiscaron todos sus bienes.
Mercedes Sáez de Buroaga1 me contó cómo, algunos niños de la Catequésis, se vistieron con las casullas del párroco, en Suances, y, salían jugando por la calle, e insultando a las catequistas:
-¡Confiéseme! Doña Mercedes. Venga ¡qué yo la voy a confesar ahora!
A su Virgen de “la Casona” la dieron dos tiros. Se ven. Pero, no es esto lo que quería contar..., sino aquel terrible domingo en la iglesia que hoy está al lado de mi casa.

Un domingo lleno de miedo en la iglesia de la Asunción

Afuera, los milicianos habían puesto música a todo volumen con intención de molestar.
De repente se abrieron las puertas centrales y varios milicianos avanzaron con sus botazas por el pasillo central hacia el Altar. El pueblo esperaba el desenlace conteniendo la respiración. Pero al entonces sacerdote Don Emilio Revuelta, le dio tiempo de consumir todas las Sagradas Formas antes de que llegaran al presbiterio. Gracias a Dios no hubo profanación. Papá estaba en esa Misa.
Papá con Icio.
A la salida, los obreros los insultaban, como siempre: Los comunistas ateos metieron ese odio en el pueblo. Les envenenaron.
En otros lugares podían matarte con solo ver que ibas a la Iglesia. Para confesar, en Valencia por ejemplo, en Villanueva de Castellón, -nos contaba Sabina Alandes-, venía un sacerdote de vez en cuando, de paisano por supuesto, y desde el mirador, -las penitentes-, habrían un poco la cortina, y se confesaban en silencio. Luego él, siempre en la calle, desde dentro de la chaqueta les daba la bendición, con muchísima cautela.
Mi padre oía por la radio los partes de guerra, en casa de sus padres, todos los vecinos y amigos reunidos. Y mandaban a papá que los escuchara; tapado con una manta para que no se oyese nada, pues estaba prohibido.
En cuanto empezaba a anochecer, había que tener las luces encendidas y las ventanas abiertas para que los republicanos, pudieran vigilar.
Papá entonces,-y siempre-, tenía una memoria "de elefante”. Les repetía el “Parte” de guerra, literalmente.
A mí me han tomado el pelo toda la vida, con el tema de la memoria, cuando iba a contar algo, en una tertulia por ejemplo, alguien decía siempre:
-“Literalmente, ya veréis”.
Tener memoria2 es estupendo, porque como dice Carmen Trigo:
-“Lo que no se recuerda, no se sabe”. Esto para los que dicen que la memoria es la inteligencia de los tontos.
Una noche vinieron a casa a darle "el paseo", -así se llamaba fusilarle-. Preguntaron por Canales. Un encargado de la tiendo le salvó:
-¿Qué‚ Canales?
-Pues, el de la tienda, ¿no trabajas tú allí?
- Sí. Pero vosotros: ¿Quiénes sois?
¡A ver..., documentación!
Al llegar a mi padre vieron que era, -en los papeles-: Ignacio Pérez. Para más señas: "Puruchi" Canales entre los amigos. Y se salvó.

La historia del cambio de apellidos vino después. Mucho después.
Le movilizaron. Fue la última quinta, -la quinta es la de los que habían nacido en 1917-, era el año 1937. Tenía 20 años...
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1 Hija del General Sáez de Buroaga a quién conocí, ya muy mayor, con su pipa, pero le recuerdo perfectamente: “Don Gabriel”. Mercedes es de la edad de mamá.
2 “La memoria es un músculo”.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Hechos de la Guerra Civil 1936: El comunismo envenenó al pueblo


Durante la guerra civil española 1936-1939, a la tía Mª Teresa, unas milicianas, aparte de cortarla el pelo al cero, y, purgarla, para que estuviera todo el tiempo con colitis, la hicieron fregar el suelo de toda la iglesia de rodillas, para convertirla en cárcel de mujeres. Y sobre todo para humillarla, porque era una "señorita", y ese era el insulto que se hacía. El comunismo envenenó al pueblo.

Efectivamente allí hubo una cárcel de mujeres. Estuvieron en ella: Dª Carlota Pereda, Asunción Cabrero, Alicia… Lo sabe Conchita Camba, -mi memoria histórica-.

La tía Mª Teresa

A Mª Teresa la vi una vez en Madrid, cuando Marga Monforte y yo estábamos intentando trabajar en los Colegios de Fomento de Centros de Enseñanza, en 1965-1966, y nos encontramos de casualidad en la puerta del Hotel "Príncipe Pío".

Viajaron papá y mamá a Madrid, para hablar del tema de los colegios con Josemari Monforte, pues papá dijo que cuánto nos iban a pagar... y yo, que... ¡Qué horterada preguntar eso!, y él que: "No se atan los perros con longanizas"...

Nos la encontramos como te digo de casualidad. Fue un segundo. No podría describirla.

Bueno, bajita, como con sesenta años…, ¡igual que estoy yo ahora, para qué nos vamos a engañar!

Le di un beso. Debió de sufrir mucho. Creo que murió sobre el año 1986 allí, en Madrid. No nos ofreció nada. Papá ni la invitó a comer. Cuando los recuerdos no son buenos...
¡Nunca más la ví, todos se enfadaron después de la herencia del abuelo! ¡Ah, el dinero! ¡El maldito dinero...!

martes, 25 de septiembre de 2012

1937: Cartas de familia

He encontrado unas cartas de mi abuelo de ese año 1937.
Mi madre ha guardado todas las cosas, las cartas también, las fotos... y sigue guardando todo. Cuando la pregunto:
-¿Qué haces?
-Ordenar
En fin..., Mariasun, lo que más hacemos todos. Poner cada cosa en su sitio.

Transcribo las cartas a continuación.
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¡Saludo a Franco!
21 octubre 1937

¡Arriba España!


Mí querido hijo Ignacio:

Recibí tu carta, y referente a la factura de la casa Rivière, está ya resuelta, estaba en la cubeta de reclamaciones.
Tu hermano Pepe me indicó hace cuatro días que piensa casarse y vivir con nosotros, todo esto para el próximo mes. Yo creo que ahora, no es acertado, pendiente como está del servicio militar ¿a ti que te parece? Reflexiona un poco sobre esto y cuanto antes dime tu opinión. Libros Diario y Mayor, no se han tocado, ya sabes, como los dejastes, lo demás lo tengo al día.
María Teresa y los niños, provisionalmente en casa, o sea en nuestro piso, ya supondrás el motivo. Ve tú el conflicto que se presenta.
Espero sin demora me contestes sobre el caso de Pepe.

Un fuerte abrazo de tu padre que desea verte cuanto antes...

Ignacio
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Días más tarde:

¡Saludo a Franco!1

¡Viva España!

Torrelavega, 30 de octubre 1937

Ignacio Pérez Mata
LEDESMA

Mi Querido hijo Ignacio:

Observo no acusar recibo de mi última carta, reclámala, seguramente está en Salamanca.

Escribo deprisa para anunciarte que por giro telegráfico te envié 50 pesetas. La mujer de Angulo irá a esa hoy o mañana. Por aquí sin novedad.

Un fuerte abrazo de tu padre

Ignacio
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5 noviembre 1937

Mí querido hijo Ignacio:

En este momento, 4 de la tarde, llega a mis manos tu cariñosa carta del 2 del corriente. Poco voy a decirte por tener que aprovechar este Correo que sale dentro de una hora. ¡Qué lástima y qué oportunidad de permiso!
Me hubiera gustado que estuvieras aquí, aunque no hubiera sido más que una hora, para celebrar consejo de familia. Te anuncio que se están leyendo las proclamas de Pepe y quiere casarse enseguida.
Todos, a excepción del abuelo, por muchas razones, consideramos un desatino en estos momentos, y el aval del abuelo solo es por miras egoístas. Tenemos entre manos este asunto familiar y se hace preciso que por telégrafo primero y por carta después, convenzas a tu hermano para que lo aplace; pues el día 2 quiere casarse.

Tengo en estos momentos a Tere y a sus hijos en casa, que no tiene hogar, ni ropas, ni nada; el motivo ya lo supondrás. Al casarse Pepe quiere que salga Tere, ni siquiera hay pisos habitables, comprenderás fácilmente la situación de un padre en estos momentos. Repito aportes tu colaboración rápida para aplazarlo. Si necesitas dinero avisa para hacer un giro telegráfico. Quedo informado del resto de tu carta. Acompaño carnet que reclamas. ¿Cúando te veré hijo mío?

Recibe un fuerte abrazo de tu padre...
Ignacio
Nota: Mando hoy otro giro de 50 pesetas.
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Segundo Año Triunfal

¡Viva España!

Saludo a Franco

¡Arriba España!

Torrelavega 15-XI-37
Mí querido hijo Ignacio:

Hoy precisamente se casó tu hermano y al regreso de la Iglesia llegaron las dos cartas tuyas.

Para tu tranquilidad se halló una solución hace cuatro días, siempre como tú sabes me gusta a mí hacer las cosas, a satisfacción de todos.

Como Pepe y Aurora llegarán ahí quizá antes que esta carta, minuciosamente te darán cuenta tanto de este asunto como de lo demás. Solo ansío ahora verte cuanto antes.

Para aprovechar el correo que sale dentro de media hora no me extiendo más, encargo a la familia que te escriba, supongo recibirías un segundo giro de 50 pesetas. ¿Estarás mucho tiempo ahí?

Recuerdos de todos con un fuerte abrazo de tu padre

Ignacio

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También conservaba papá una carta de su hermano, el tío Pepe, con fecha del 18 de febrero, desde una Cantina: “La Parra”. Debajo pone:
Se sirve de comer, y tras una ralla el nombre del dueño: José Ustero”.
Están tachados la dirección, y, el lugar, tal vez por motivos de seguridad ¡a conciencia! Pienso que es desde Calatayud.

Saludo a Franco” 18-2-38
Arriba España”2
Querido hermano:

Supongo en tu poder mi anterior 15 del corriente.
Hoy he tratado de telefonearte pero me ha sido imposible el comunicarme ni en el cuartel que siendo la línea de Alcañiz oficial sólo se puede llamar desde un teléfono oficial también.

El motivo principal de escribirte ésta es que he recibido dos cartas en casa en las que Aurora me comunica que Josefa por medio de un abogado insiste en que se proceda a la liquidación de la herencia de nuestro querido padre (q. e. p. d.) antes de que transcurra un año de su fallecimiento.

A tal efecto estuvo Berasategui en casa y con él fue el abuelo a Santander para indicar al abogado que nosotros dos estamos movilizados contestando éste que habiendo de proceder a nuestra tasación (ya que con la que se giró no están conformes) puede ser suficiente ésta con sólo Berasategui y dos persona más.
Con esto último naturalmente yo no sé si tienen derecho a hacerlo pues también podría ocurrir que el caso nuestro tan especial pudiera no estar previsto en el Código.
Don José ante el compromiso en que se encuentra insiste en que vayamos para ver la forma de resolverlo.
Yo voy a pedir permiso pero por si acaso no me lo concedieran pídelo tú también, para ir sino tú.
Yo estimo que de poder ser que no creo será muy difícil la mejor solución sería el aplazar la liquidación para el final de la guerra.
De Fernando no me hablan nada en la carta, por lo que supongo que a pesar de ser parte interesada se habrá desentendido completamente.
Insisto en que pidas permiso ya que si tú vas quedaría resuelto el asunto y evitaríamos al abuelo disgusto que dada su edad avanzada pudiera perjudicarle.
Ya sabes que no soy partidario de comunicarte malas noticias pero en el caso presente es indispensable- Sin más que decirte recibe un abrazo de tu hermano que te quiere

Pepe
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¡Segundo año Triunfal!

¡Viva España!

Saludo a Franco

¡Arriba España!

Torrelavega 5-3-38

Mí querido hijo Ignacio:

En este momento recibo tu carta que me produce verdadera satisfacción al saber que te encuentras completamente bien, habiendo desaparecido también el catarro que tenías. He cumplido el encargo de Terán (padre), Yo mismo le entregué las postales que recibió con la emoción que puedes suponer, la pepla le ocurrió a Conchita. A pesar de lo que te encargó el empleado de la fábrica de Fernández acompaño una carta de citada casa conviene que veas al contable para afirmar esta operación. Si te trasladan a León avisa tan pronto puedas. Hoja de lata es a gusto totalmente, espero recibirla en breve plazo.

Estuve con Alberto, entregó las postales no llegaron aún los carnés y las flechas las tiene en su poder. No dejes de la mano el asunto de la ropa. Tenemos un tiempo cómo en verano. Toda la familia te envía cariñosos recuerdos igual me lo encarga Alberto quien te escribirá mañana. Un fuerte abrazo de tu padre


Ignacio
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Es la última carta de mi abuelo. Murió el 24 de abril de 1938. Tenía 58 años. Sin embargo la carta del tío Pepe está escrita antes. Tomé la fecha de la muerte del Panteón, como te decía más atrás, tal vez esté confundida allí. En ésta tratan de la liquidación de la herencia.

Sobre estas cartas le vi llorar, muchos años después, las lágrimas están en los originales. Sufrí tanto, que prometí no guardar yo ninguna. Para sufrir, ninguna. Me han descubierto sin embargo, cómo le quería su padre. Pensaba que no. ¡Cómo nunca nos dijo nada! Y, siempre hablaba de su abuelo... La verdad es que papá hablaba poco. Poco y premioso, cuando yo era adolescente, me ponía nerviosa. ¡Si le tuviera ahora!
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Notas
1 Era un sello de tinta roja. Obligatorio.
2 Aquí el saludo es de puño y letra del tío Pepe.

domingo, 23 de septiembre de 2012

La educación de mi padre



La educación de mi padre era una mezcla de cortesía, urbanidad, cultura, firmeza, respeto, y libertad.
Y bondad, es el hombre más bueno que he conocido, aunque mi camino no lo entendió nunca.
Una mezcla de cortesía que le llevaba a ir comido a las bodas..., a ir siempre arreglado como un pincel.
Limpio de pies a cabeza. Limpio por dentro y por fuera.
Porque lo que el llamaba educación, hoy, -para mi-, era una formación y una cultura imponente, basada en una fe sin ostentaciones.
Sano y enfermo, -totalmente demenciado-, seguía dejando pasar delante de una puerta a la enfermera... Usando la servilleta antes y después de beber...
Escuchando como “Momo”, con esos ojos grandes, que nunca se acostaron con una duda.
Si veía que su interlocutor iba a disentir, no iniciaba el tema. Jamás le vi humillar ni ofender a nadie. Ni dejar mal, ni corregir sobre la marcha, ni reírse de nadie.
La urbanidad se notaba en sus modales, en su conversación, en sus posturas.
Y preguntaba. Preguntaba. Preguntaba. Sin pre-juicios. De lo que no sabía, no sabía. Aunque de pocas cosas no sabía con tanto diccionario etimológico de la lengua, de la medicina, de la gramática, de la literatura… Y tantos libros. Y tanta vida por delante. Con una Guerra en medio.
El respeto a la persona y a su libertad lo demostró también siempre. No haciendo juicios de nadie. No atacando a los que no pensaban como él.
Esperando. Esperando y escuchando mucho. Sabía estar, sabía preguntar, sabía escuchar. Al mismo tiempo su amplísima cultura, -de cultivado-, le llevaba a ser muy firme en sus convicciones. Esas convicciones que no se hacen de un día para otro. Por eso le consultábamos las cosas. Y después él nos dejaba hacer.

Me acuerdo de una vez, a mis 16 o 17 años le pregunté si podía hacer un guateque en casa. Y me dijo que no. Nada más marcharse lo hicimos.
Al día siguiente me llamó a su despacho:
-Como no sabes hacer uso de la libertad que se te da, estas castigada. No sales en todo el verano.
Y lo cumplió.

Y digo que la historia de mi familia es la historia de unos seres privilegiados porque lo dice mi cuñada Marijose, y pienso que es verdad... Porque a la abundancia de medios se uníó la formación.
Y a ellos, la pobreza dignísima de mi madre.
Y el sacrificio y el sufrimiento -llevado con garbo-, de los dos.
Por eso hoy, cuando vivo y convivo con personas que quiero, y se rien de lo serio, o me dejan colgada cerrando con una idea confundida nuestra conversación..., o..., no puedo evitar acordarme de él, y añorar su trato y su diálogo. Fue una pena que muriera tan pronto con una enfermedad tan cruel, que a mí me afectó tanto, -los multi infartos cerebrales-.


Porque poco a poco fue perdiendo su esencia. Su pensamiento irrepetible. Y en once meses se convirtió en un anciano...
Hasta que una mañana temprano, -murió conmigo-, a pesar de vivir yo tan lejos.
Expiró.
Y los dos nos quedamos en silencio.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Baltasar


Baltasar era mozo de recados en la tienda, pero también trabajaba en la huerta. Plantaba patatas. Las conozco muy bien. Echan unas flores pequeñas, blancas y amarillas, y sus escarabajos tienen rayas amarillas y negras en los élitros. Y guisantes.
A mí una vez no me encontraban:
-¡Blancameliaaa dónde estásss!
-¡Aquíiii, comiendo "jjjisantesss"! No se me veía. O sea, que medio metro debía de medir. Menos que mi sobrino Álvaro al nacer.

Venía Baltasar de Los Corrales de Buelna en bicicleta.
Se ponía una pinza en el bajo de los pantalones para no tropezarse sería, o para no estropearlos, o para las dos cosas. Traía una fiambrera de aluminio amarrada al soporte de la rueda de atrás, con la comida. Y a nosotros nos encantaban sus patatas: -lo que es el vicio-, decía la abuela Visi.¡Qué a todo le llamaba vicio!...
Unas patatas fritas desde las seis de la mañana o quién sabe. Y se las comíamos. A él parece que le gustaba.
Mamá dice que luego, le daban de comer caliente. Lo que no le gustaba nada, era que cuando segaba con el dalle, nos pusiéramos detrás. Esa cosa de los niños, y los mayores, de estar siempre en el medio. Y esa poca paciencia de quién no es, niño ni viejo -necesitado-, que va a lo suyo, a toda mecha.

1960: Viaje a Madrid con el colegio

No pongo los nombres, pero los tengo

Don Angel Sagarmínaga era entonces el Delegado Nacional de las Misiones.
Viajamos a Madrid en 1960 para un Congreso. Pero sor Raquel se puso mala, y como nos alojábamos en un colegio mayor de chicos, y, también había un grupo de ellos, de San Sebastián, nos hicimos amiguísimos.
Prácticamente dormíamos vestidas para no perdernos nada. Por las noches excursiones hasta sus habitaciones ¡Si seríamos osadas! y además con el “suspense” de encontrarnos .a alguna monja por el pasillo: y... ¿qué hubiéramos dicho?
Conocimos, de paseo por la Castellana, al actor joven entonces, Pepe Rubio, le pedimos un autógrafo.

Desde luego, del Congreso: nada... Nos dedicamos a conocer Madrid, y de entonces quedó una foto para el recuerdo:
De arriba abajo:
1.-Encarnita de Cos
2.-Mary Mar
3.-Javier Elósegui
4.-Finita Torre
5 -Servidora con gafas.
6.-Ely
Todas con 15 años...
 Así que en mis tantos años de docencia, ninguna promoción ha sobrepasado a aquella de nuestra vida en el colegio, -digamos -. ¡Al menos en pillería!
Fueron para nosotras unos años deliciosos, llenos de travesuras que favorecieron nuestro espíritu de iniciativa... En el fondo no éramos malas, pero con el internado, nuestros padres se libraron de una buena con nuestra adolescencia.
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Notas
[1] Empezamos a llamar así a María cuando nació Álvaro: Tatá.
[2] Estaba de moda tener un cuadernillo con “dedicatorias” de las amigas y de los amigos.
[3] Esta expresión es muy de mi padre.
[4] Totalmente estúpida por mi parte, que refleja muy bien lo “tonta” que era.
[5] El hermano de Mari Luz Gómez. Su madre es Candelinas la sobrina de Tía Graciana que vivió con mamá, en casa del Canónigo de la Catedral.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Las Primeras Comuniones

Ignacio-Pedro hizo la Primera Comunión en el año 1954 en el colegio de las Madres de los Sagrados Corazones. Vestido con el uniforme que era blanco, -de lanilla-, con corbata gris y alfiler.
Y muy peinado, con raya y colonia o fijador. A lo Carlos Gardel.

José-Fernando mi primo, y yo, la habíamos hecho solos el 8 de junio de 1952.

Nos prepararon fenomenal, la Madre nos explicaba todo paseando por el enramado de la rosaleda, incluso nos enseñó a tragar la forma, sin tocarla con los dientes, doblándola con mucho cuidadito antes de tragarla.

No es preciso hacerlo así; pero aquello eran detalles de delicadeza, que tratándose de Dios, era más bien fe.

Nos explicó que durante diez minutos después de comulgar nosotros éramos:

-“Un sagrario vivo”.
Por eso nos quedamos un rato1 a dar gracias, cuando acaba la Santa Misa.

Se reza:

-La oración al arcángel san Miguel2. Tres aves marías por todo lo que nos hemos distraído, sin darnos cuenta. Por el mundo entero. El santo Padre, y la iglesia. Nuestras peticiones: los papás, los abuelitos...

Santa Teresa de Jesús, pedía:

-Por esta comunión: ¡que se convierta un pecador!

Una muy amiga mía de Valencia, Manolita Corsini, fundadora del Centro Español de Sindonología, me regaló un libro con lo que la santa le decía al señor después de recibirle. El libro lo he perdido. Se quedó en valencia.

Se rezan:

Las aspiraciones de san Ignacio de Loyola
- Alma de cristo, santifícame... (...)
Y...
- Miradme: ¡Oh mi amado y buen Jesús!…

También nos enseñaron una preciosa Comunión Espiritual:

“Señor, yo quisiera recibiros,

Más, ya que no puedo hacerlo,

Venid, al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si ya os hubiera recibido,

Os lo agradezco, y me uno del todo a Vos.

¡Ah! Señor, no permitas que jamás vuelva a abandonaros”.

Para empezar la adoración, -que es acompañar un rato a Jesús en el Sagrario-, decíamos:

“Señor mío y Dios mío:

Creo que estáis aquí presente, y que me estáis mirando. Os adoro y me reconozco indigna de postrarme ante Vos.
Llena de confianza os ruego, me concedáis la gracia de postrarme ante vos, llena de confianza y amor”. (Algo así.)
Al enseñarnos a rezar, nos dieron las palabras con qué hacerlo, porque a veces pasa, que quieres rezar, y no sabes cómo hacerlo, ni qué decir..., fue bueno ésto.
Y tengo aún otras oraciones para la Elevación que repito si no tengo pensado otra cosa. Para prepararnos mientras nos acercábamos en la cola a recibir al señor:

- Actos de amor, de fe, de deseo.

He encontrado uno de aquellos papeles. Está amarillo y roto, escrito a máquina con tinta morada. Dice así:

"Oh Corazón divino de Jesús - yo creo que el amor - y sólo el amor - es el que te hizo bajar del cielo a la tierra - sufrir muerte de cruz - y quedarte con nosotros - en el sagrario -. Haz señor - que yo nunca te abandone por el pecado -.

Oh Jesús -desde lo más profundo de mi alma- te adoro en el sagrario -oculto por mi amor -. Tú que todo lo sabes - ya ves cuanto te quiero - ven pronto - ven - Señor.

Oh Virgen Santísima, - tú recibiste muchas veces al niño Jesús - en tus brazos y en tú corazón - con mucha reverencia pureza y santidad - haz que yo también le reciba - con mucha humildad y amor."

Y está separado por guiones, para hacer las pausas, debió de escribirlo para nosotros la Madre María Esperanza. Mamá lo guardó todo, me imagino, con el cuidado de una historia irrepetible, como así ha sido.

“Oh Jesús mío tú que nos has amado tanto en belén en la cruz y en la eucaristía - haz que tú recuerdo no se borre nunca de mi corazón - y pueda así pagarte, amor por amor.

Oh María, dulce madre mía - como tú me has dado al niño Jesús en la comunión - yo quiero pagarte toda tú ternura - amándote siempre - con su corazón".


Debíamos aprenderlo de memoria. La belleza habla por sí sola.

La otra oración que aprendimos entonces, es para la elevación:

-“Señor mío y Dios mío: yo os adoro sagrado cuerpo de mi señor Jesucristo que en el ara3 de la cruz has sido crucificado por mis pecados para la salvación de todo el mundo, y especialmente por la mía”.

Con el cáliz decíamos lo mismo excepto:

-“Señor mío y Dios mío yo os adoro sagrada sangre de mi señor Jesucristo que en el ara del altar ha sido derramada para la salvación de todo el mundo y especialmente por la mía”.


El uniforme también alcanzaba al traje de la primera comunión: cuántas razones buenas se me ocurren para no dejar de usarlo.

No estamos hablando de dinero. Pero hay muchas otras: Disciplina. No dar el tostón todas las mañanas, con el qué me pongo.

Ahorro, muchísimo ahorro. Aprender a ir bien vestidos. Sobre todo ahora que no sabéis calzaros unos zapatos, y vais con esos deportivos a todas horas, ¡qué menudo olor!

Y la corbata. ¡Menuda ilusión cuando Javier Martínez Sellers aprendió a hacerse el nudo!
Hay que provocar ilusiones, triunfos, éxitos. Que ya luego viene paco con la rebaja.

El de las niñas organdí blanco, una tela con cuerpo pero fina, trasparente. Empezando de dentro a afuera ese día se llevaba:

-Culero (se llamaba así. En Bilbao también, pregúntale a Marisa Merladet) y ten en cuenta que mamá es del desierto de Erandio. Era de tela, con tira bordada en las perneras; camisita de tirantes a juego; enaguas almidonadas con tira bordada; calcetines y zapatos blancos.

El vestido con muchos: dobles-volantitos encañonados, y, el velo también. Caía desde una capotita que se abrochaba con un lazo grande de raso a un lado del cuello.
Me lo hizo Manola Ventisca que aún vive. Tenía un gusto exquisito.
A veces nos vestía a mamá y a mí, iguales. Hay fotos...

1La hemana pequeña de una amiga mía acompañó una vez a Misa a su madre, -tendría tres años-, al final de la misma, todos se fueron. Y la niña:
- ¡Todos salen, yo alucino!, -le dijo a su madre-.
2Argangel San Miguel, ¡Defiéndenos en la lucha...!, alguna en el colegio decía ¡Defiéndenos en la ducha...
3 El ara. Años más tarde les explicamos a las alumnas lo que era: Piedra para el Santo Sacrificio que lleva incrustado el sepulcro, donde se guardan las reliquias de los santos. Se colocan allí el día de la Consagragración del altar. Al final evaluamos:
- ¿Qué es el ara?
Y Lorena:
-El lugar donde se guardan los “desperdicios” de los santos...

jueves, 20 de septiembre de 2012

Hermana, no hagas chapuzas

Hermana, no hagas chapuzas
No hago. ¡Hago!
A veces, si hace falta fuerza, sí. Y no le gusta que le llame “fuerza bruta”, porque es muy tierno. ¿Álvaro? Un manazas. Pero la cocina también se le da.
Cuando Ignacio Pedro se servia, se ponía el filete más grande. Mama le decía:
-Primero la niña, y además se coge el pequeño.
Y él:
-Pues eso, ahí lo tiene..., si iba a coger el pequeño, ahí lo tiene.
Y casi lloraba. ¡Es noble, pero burro!
Les cuesta matizar a los chicos, por eso somos complementarios.
Si se dejaba comida en el plato, mamá decía:
-Con la cantidad de hambre que están pasando los niños en Vietnam.
Y él:
-Pues, mándalo a Vietnam, coges una bolsita de plástico..., y lo mandas, pero yo, no quiero más.

martes, 18 de septiembre de 2012

A mis tíos Pedro y Aurora

 Lo transcribo, porque mis tíos no tenían una gran formación, tal vez solamente cultura general, pero sabían leer y escribir, y las cuatro reglas. Eran limpios, ordenados y elegantes; tenían valores, y en concreto tío Pedro dibujaba muy bien: Aún tengo en mi memoria aquel pielroja con la cabeza llena de plumas de todos los colores, que dibujó para mí en un cuaderno tamaño folio con pinturas "Alpino"... Y su caligrafía era magnífica... Desde luego me querían con locura, era su primera sobrina. Él me llamaba "tocinín", y me abrazaba, y me besaba, y..., ¡en fín, hace muchos años que muerieron los dos!

“Prologuete”
     A nuestra querida sobrina Blancamelia:
Ya han pasado en tu vida los 9 años primeros. En ellos has conocido el cariño que todos te profesamos; la impresión que te causaron los primeros días de colegio; el día más hermoso de tu vida: La Primera Comunión, y otros tantos hechos que tu recordarás.
    Por ello, y creyendo que te agradarán dichos recuerdos, y los que te sucedan, escribirlos en este “Mi Diario” se lo hemos pedido a los Reyes Magos  y en él podrás reflejar tu vida diaria, que deseamos de todo corazón sea lo más próspera y feliz, de cuantas puedas conocerse, llena de hechos nobles y bondadosos, como mandan los principios cristianos.

                Te quieren tus tíos

                                                                                     Pedro y Aurora

6 de enero de 1954

lunes, 17 de septiembre de 2012

1957: Internas, en Cóbreces

Aprender a decir gracias costó muchas preguntas:
¿Cómo se dice? ¿Cómo se dice? ¿Cómo se dice? ¿Cómo se dice?
¿Cómo se dice?...
Aprender a decir mío, ninguna.
La educación es un arte que requiere maestros.
¡Gracias a nuestros maestros!

Desde el 1 de octubre de 1957, hasta 1963, pasamos Marga y yo seis años ¡definitivos! internas, en Cóbreces.
Cóbreces es un pueblo de monte y costa, con una playa de mar abierto, donde en una ocasión salvamos a una señora. Era tal la resaca, que tuvimos que hacerlo, atando el cabo a un caballo percherón que había por allí.
Desde entonces, íbamos a cualquier playa con una maroma de 20 metros y un flotador ¡por si acaso!
Cóbreces tenía, y tiene, tres monumentos importantes: La Parroquia, -de puntiagudas torres-, el Monasterio Cisterciense de La Trapa, y el Colegio.
Frente a la puerta principal una tienda-bar, donde las externas nos compraban el tabaco y tal. En lo alto y por detrás: La ermita de Santa Ana: Nunca subimos. A coger limones, sí.

A nivel local la noticia más sobresaliente fue el 14 de diciembre en que la Guardia Civil acabó con la vida de los maquis El Juanín y El Bedoya que formaban parte de una banda que sembró el terrorismo en la provincia.

Nadie por cierto lo llamó “terrorismo de estado”, bien es verdad que tampoco los mataron. Me pasmo de las palabras que inventan ahora..., divorcio…, interrupción voluntaria del embarazo..., muerte digna..., todo inventado, para justificar cosas que no existen.
Nosotras en el colegio también estábamos un poco atemorizadas, porque sobre todo El Juanín era muy peligroso, asaltaba las casas.

Y -para mi consuelo-, el 28 de diciembre llegó a Santander el hombre más pequeño del mundo: ¡Medía 76,20 cm.!
Estaba empezando el Imperialismo Bancario.
En la Iglesia Católica reinaba Pío XII.
La madre Teresa de Calcuta fundó “Las Misioneras de la Caridad.
Se descubrió petróleo en Libia.
Se publicó la Encíclica papal “Fidei Honum” y la Constitución eclesiástica y régimen Patriarcal y Sinodial (Cod.).
Rusia, la URSS, lanzó el primer satélite artificial: El “Sputnik”.
Y... Albert Camus, consiguió el Premio Novel de Literatura.
El año anterior los Cardenales Mindszenty y Wyszynski, polacos habían sido liberados, al desestalinizarse Rusia..., en fin, esto es otra historia. Triste historia que aquí no nos cabe.

Total, que me quedaron en junio el latín y el francés de Segundo de Bachiller.
Ese verano, de 1956, conocieron mis padres a los Echevarría. Las consecuencias fueron nefastas para mí. Nos metieron internas a su hija Maribel y a mí, en Cóbreces. Y a Ignacio-Pedro en los Salesianos.
Mi primo José Fernando fue a La Salle. La Salle era mejor Colegio. Por lo menos iban los niños más conocidos, pero mi padre estaba de tonterías hasta más arriba de la punta del pelo. Allí estudiaban Jaime y Sindo Ingelmo, los mexicanos.

jueves, 13 de septiembre de 2012

1965: Ya estamos todos mayorcitos

El Estudio

¿Os acordáis?:
Cristy, Mariasun, Peté, Marga, Encarnita...

"Esta guardilla es un jardín.
Marga, y Cristy son dos rosas,
las demás niñas capullos,
y nosotros mariposas, que vamos
tras de ellas, en esta guardillita que
tanto la queremos...
Cuándo seamos mayorcitos,
y nuestros cuerpos se hagan gordos,
no olvidaremos jamás,
lo bien que lo pasamos, en
esta guardillita,
que tanto la queremos"...

Sería el año 1965, ó 1966, con Álvaro Marino, Antonio García-Escudero, y "El Parris"...
En El Estudio: Mayo francés, 1968.
¡Cómo siempre, adelantadas a la moda! Álvaro se inventó la canción, -y María D. dice que éramos un poco... horteras. ¡De eso nada!, Álvaro me decía que nunca había visto una cosa tan inocente, y que en esta vida no había que tener miedo a las palabras, sino a los hechos. El lema de Marga era: "En esta vida, se puede ser de todo, menos horteras".
Mamá dice: De todo, no.

A mi padre, le ponía malo que usásemos esa palabra:

-Buscad otra más acertada.
Álvaro, -que entonces era consejero de SNIACE-, nos la cantó en El Saja, tomando aquellos desayunos con “Benjamín”, aquellos aperitivos… De ahí salían luego los planes: Concurso de tortillas, de canapés…, en el Estudio de Encarnita…

Ya estamos todos mayorcitos, y a alguno el cuerpo se le ha hecho gordo. Hemos estado enfermísimos: Antonio a la muerte. Ha muerto y soltero "el Parris", precioso. Nos hemos quedado viudas… Cristy, Mili-Mari, Marisa Camba, Raquel Pascual, Carmen Cavadas…
Tenemos nietos. Y muchísimos hijos del espíritu... Han muerto las partidas de parchís, el canastón, y Curra Merino Campos, sí; la tía de José Mari Campos, el de la nieta de Franco.
Están en el cielo muchos nuestros padres. El mío, -al que tan poca gracia le hacía que me casara-... Nuestros sobrinos están renovando la familia, con sus niños, porque,
Cristy: La familia no se destruye.
-¡Crece!
Aunque algunos de nuestros hermanos nos esperen ya en el cielo.
Aunque algunos de nuestros amigos también: En eso no tuvimos suerte, muchos murieron muy jóvenes-.
Sindo, Lipe, Quinín Quintanal, Javier Acha, Mari Pauli, ¡Y el imponente marido de Cristy: Carlos, que todo lo que tenía de guapísimo lo tenía de bueno...
Aunque algunos de nuestros amigos estén en busca y captura... ¡Vete tú a saber!
Aunque algunos de nuestros amigos no llegaron a estudiar la carrera que quiso su padre. Tenemos el cielo cada vez más apetecible.

Fui a pasear, y llegué al cementerio: ¡Allí están todos los que yo conocía cuando me fui hace más de 40 años!, a cambiar el mundo!... No han desaparecido Mariuca R. de Salazar, Menchu, los Berasategui, Luís R.-Salmones, Gerardo Cavadas, la madre 10 que tuvo Rosy… Están en el cielo.
¡Porque están en el cielo, "no en donde quiera que estés"! Sin embargo, si no lo recordáis...
¡Yo soy vuestra memoria!
Como el hermano gemelo, en la película: “El príncipe de las mareas”. ¡Qué buena! Yo digo que es la película de la sinceridad…, hasta que no sueltas el sapo… Es hermoso recordar, y dar a Dios muchísimas gracias. Tengo que acabar, me emociona... “La risa va por barrios”, -decía María-. Hoy por éste, no toca.
Con todo mi cariño.

Blu

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Mi familia y los otros animales

Alí


Era un enorme gato de angora blanca, con un ojo azul, y el otro, verde. Tenía envidia del canario. Un día, hasta tiró al suelo la jaula, que estaba encima de la nevera “Philco”.
Se sentaba en el mejor sillón. Movía aquella cola, larga y tiesa…
Antes de que naciera Álvaro, por las noches poníamos las sillas como una plaza de toros, nos sentábamos a horcajadas y echábamos a pelearse a Re y a Alí.
Nada violento.

Gol

Siempre tuvimos perro.
Guardián. Pastores alemanes, y tal..., entonces no había los sistemas de seguridad actuales. Alarma, sí teníamos, aquella, que quedó cortada el mismo día que sonó, por 1946.
Salió mi padre con la pistola, y ¡con un miedo, a las tantas de la madrugada...!
Al volver, cortó la alarma, y esos eran los cables que vi debajo de su cama, un día que estaba ayudando a mamá a hacerla, allá por 1960.
¡Eran ratas, -dijo-.
¡Se reía mamá, contándomelo!
Gol tenía la caseta en la calle. Y la cadena atada a un cable de acero que cruzaba entre las verjas y la casa, toda la finca; así que no podía entrar nadie. Aunque te pareciese que daba tiempo, él era como un rayo. Te cogía.
Sólo si María le sujetaba podían entrar. Más de un disgusto tuvimos con el perrazo y el invento de papá.

La tortuga

La tortuga gorda, negra y amarilla, siempre se escondía en invierno, y aparecía en primavera.
Más de una vez rompió el dalle a Baltasar. Jugábamos con ella dándole la vuelta, o haciéndola bajar por las escaleras de la puerta principal.
Para probar su resistencia, y también para enredar un poco, papá la pasaba por encima con el coche, -porque papá tan responsable-, nunca dejó de ser un niño.
Jugaba con el tren eléctrico que le trajeron lo Reyes un año a Ignacio-Pedro. ¡Y lo mejor!, que no le dejaba jugar a él... Que si iba muy deprisa la locomotora, que si iba a descarrilar... Yo lo oía, y lo recuerdo. También recuerdo que se ponía en marcha con un aparatito de forma cúbica, y que podía alcanzar tres velocidades.
Y que ya no cabía en ninguna parte, y que lo armaron en el desván, cuando en vez de una rueda, las vías componían un ocho...
El coche de casa, -por entonces-, se llamaba “Juanito” un Balilla verde oscuro, que se arrancaba con manivela. Muchos años después, vi que lo tenía el padre de una alumna en Valencia, que era coleccionista de coches antiguos.
Igual que la “Rubia” anterior, se arrancaba con manivela.
Y todos mirando.

No sé cuál de mis dos hermanos le dio la pedrada a la tortuga, pero el que fuera, estuvo esperando a que sacara la cabeza y ¡zas!
La dio. Se le infectó la herida, y mamá curándola. No supimos que se muriera. Siempre estuvo ahí.
Se comía las fresas que bordeaban todos los caminos de la huerta, pero creo que la teníamos porque, -al menos en teoría-, se debía comer los bichitos malos.

Re

A Re lo trajeron Piti y papá de Burdeos, de la Exposición canina, con pedigrí, y todo. ¡Creí que le daba algo a mamá, porque eso suponía que le iba a cuidar ella, y si le pasaba algo, "al pedigrí", ¡disgusto al canto! Cómo cuando trajimos los oiseaux mouches de París...
Padre era un poco caprichosillo, como yo.
¡Les dio un viaje! Se mareó. Puso el asiento de atrás del coche de Piti perdido...
Nos lo mataron dándole a comer carne con alfileres, -eso decía María-, y no sé si es un bobada, o los tiempos eran tan rústicos.
Se le puso la papada hinchada, hinchada, y se murió. Creo que con Gol, pasó lo mismo.

Rebeca

Mi perro..., (¿qué es eso de mascota?). Es un animal de compañía que hay que educar, cuidar, querer, limpiar..., y el canario igual, y las plantas lo mismo. Si no lo vas a cuidar, no lo tengas.
Mi perra, Rebeca, fue un Terrier Scoth.
El que tuve antes, se llamaba Toche.
Rebeca era perra. Bajita y de pelo largo muy negro. Se comía las crías nada más tenerlas, sería porque no parábamos de tocarlas, y así, los perros las aborrecen…
Después, preguntando...
Un día por la calle, me contó Gonzalo Costales Castañeda, dueño de una igual, que el problema de esta raza, es que no tiene instinto maternal.

El gallinero

A la izquierda, detrás, el gallinero.
Cuando todos los pollitos se murieron de “moquillo” ya no tuvimos más. Y ya se podían comprar para comer, antes no había mucho. El pollo y la gallina eran muy cotizados.
Aquella casita limpia y tal, fue luego la de las muñecas. Un sitio muy apropiado para jugar teniendo en cuenta que entonces llovía mucho.
Tenía cocina de carbón, hacíamos nuestras porquerías, asar manzanas, patatas... lo que pillábamos.

Un corderito pequeño

Teníamos "bambi", un corderito pequeño, que luego lo mataban para comérnoslo, -época de racionamiento después de la Guerra Civil-, nos parecía tal súper-cruel, como el pavo Pedro de la película: “Gigante” .

No me acuerdo del nombre, yo no estaba...

El último era un “raquero”. Como el de la película “La dama y el vagabundo”.
Encantador, al que sólo le faltaba hablar y ya no guardaba nada, entraba en casa, se ponía mimoso, lloraba, se alegraba, veía la televisión...
Iba a buscar a mi hermano Álvaro al colegio, que le despachaba con un patadón, o un par de ellos..., y llegaba a llorar a los pies de mamá.
Y ella hablándole:
-¿Qué pasó hijo, te pegó tu hermano?
En la playa entraba en las olas de la mano de los dos. Le llamaban el nieto mudito. ¡Una locura!
Una noche...

martes, 11 de septiembre de 2012

El injerto



Por asuntos que no vienen a cuento, en Miravalles no tuvimos desagüe durante mucho tiempo, sino un pozo negro. ¡A veces, olía!
María lo vaciaba a cubos regando los árboles y un injerto muy interesante que hicieron de ciruelo, y cerezo.
Cortaron el ciruelo con un serrucho, y le dejaron sólo con el tronco. Luego en dos hendiduras de navaja, insertaron sendas estacas de cerezo y lo vendaron. Fue creciendo con dos ramas y unas hojitas al principio, pero luego, daba unas cerezas gordas como ciruelas, estupendas.

Todos los árboles estaban pintados de cal blanca; un buen trozo del tronco, para no sé qué de las hormigas y de los caracoles. Eso decía Baltasar. Sería para desinfectarlos de las plagas del invierno. Pero era una explicación muy larga para niños tan pequeños...

En primavera, todos se ponían en flor, y aquello parecía Japón. Nos gustaba cortar algunas quimas, para ponerlas en el jarrón enorme de cristal tallado. Tan enorme, que sólo admitía eso, hortensias o mimosas.
El jarrón pasó a mejor vida cuando tú, Patricia quisiste ayudar un día, a los cinco años.
No pasó nada. Lo traías para cambiar el agua pero no calculaste la altura de la mesa de la cocina. Fue un accidente, y mamá al ver tu cara no se enfadó.
¡Que servicial eras!
¡Qué rica!

¿Te acuerdas que dolor el día que se me cayó la espumadera y tú rápida la cogiste por la pala?:
-Me duele..., me duele.
Yo también sufría por fue por mi culpa, por mis prisas. Y quizá también porque pensé ¡qué no te quedaba poco que sufrir en la vida! Y eso, cuando se quiere a una persona, duele mucho.

lunes, 10 de septiembre de 2012

En el mundo hubo también otras experiencias...

Las perras gordas, pasaban la tarde a remojo en amoníaco ¡No fuéramos a coger algo!

En el mundo hubo también otras experiencias no tan caseras, ni tiernas: Los americanos tiraron la primera bomba atómica sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Los campos de exterminio acabaron con la vida de seis millones de judíos, en Alemania: Un verdadero holocausto hebreo. Hitler acabó suicidándose. El Papa Pío XII ocupaba la sede romana.
Aquí, en España gobernaba Franco, y lo hizo hasta su muerte en 1975. El 20 de noviembre.
Antes de tantas guerras, en 1934 la Cierva inventó el autogiro. En 1937 salió al comercio el Volkswagen.
Ravel, componía su famoso bolero y…, el mundo seguía dando vueltas. Es la época de los grandes inventos: fotografía, teléfono, la televisión llega de manos de Logie Bard. Se inventa también la penicilina, que llegó a nuestro pompis con la tosferina, la importaron. En España no había. Fleming, estuvo en Jerez, y al probar aquel “fino”, comentó:
-Yo descubrí la penicilina que cura a los enfermos. ¡Pero ustedes tienen un vino que resucita a los muertos!
Los juegos de azar, estaban prohibidos, pero nosotros, jugábamos en casa...
La radio, la escuchaban las muchachas..., y lloraban con los llamados "seriales": Ama Rosa..., -por ejemplo-, que yo sepa...
El primer recuerdo que tengo es el de una mesa de camilla que me llegaba por los ojos. Lo podría pintar, como el Principito el elefanta, dentro de la serpiente.
En ella jugaban al Pinacle mamá, y Katono Ruíz del Árbol. Nosotros, en el suelo hacíamos escaleras, y castillos, con otro mazo de barajas francesas.
La baraja española la usábamos en Navidad. Mis padres salían después de cenar, y nosotros jugábamos al reloj con María. Pero era tal la pulcritud de mamá, que las perras gordas que subía de la tienda, mi padre, para apostar, pasaban la tarde a remojo en amoniaco, ¡no fuéramos a coger algo!