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miércoles, 31 de octubre de 2012

Lo que no se recuerda, no se sabe






Y es que “las grandes amistades: son como los caracoles andaluces, son lapas que se agarran fuertemente al corazón”.
Y... Es verdad que ni el pasado ha muerto, ni el futuro está..., en el ayer escrito.
Cuando uno tiene recuerdos, sigue viviendo.
Los amigos siempre han sido muy importantes en mi vida, pero, en estos años..., eran ¡vitales!

Luis Andrés era uno de ellos...
Hacíamos, -porque me ayudaba Luís-Andrés-, el hermano de Mariasun Ceballos, que cuando ha recibido la Cruz de Alfonso X el sabio por sus treinta años de espléndido trabajo dice que me debe la vocación-..., no merezco ésto.
Fue buenísimo entonces, y lo sigue siendo ahora.
Luis-Andrés “ha merecido el homenaje de sus amigos, como catedrático de Matemáticas durante treinta y cinco años. Muchos son los amigos y los recuerdos que han pasado por su vida, en su doble faceta de profesor de Instituto y de amante del deporte.
Precisamente de ésta última afición le viene su vinculación al voleibol y, por extensión a Cabezón de la Sal, donde un día su gran amigo Antonino Pellón, le animó a colaborar y allí se quedó para siempre”.
Esta Cruz la da el Ministerio de Cultura y Educación a toda una vida dedicada a la docencia. Con modestia, admite que recibió el premio y el homenaje de sus seres queridos con mucha emoción e ilusión:
-Se volcaron conmigo...
Dice que no es un mérito personal, que lo hace extensivo a todos los docentes, porque es un trabajo muy serio y duro.
-Es un trabajo vocacional, una profesión difícil, ya que se tiene la responsabilidad de formar personas...
Hacíamos con los niños -digo-, caligrafía, cuentas de sumar y de restar dibujos, y punteos, en un cartulina les presentaba unos agujeritos por la línea que remataba el dibujo y ellos con una aguja y lana los repasaban. Se hicieron muy hábiles.
Yo les preguntaba “El Parbulito”. Había que sabérselo de memoria, que no es la inteligencia de los tontos, -como se corrió luego-, es que lo que no se recuerda, no se sabe.
Para comérselo a besos. Sigue igual. Es transparente, noble, y como su padre, también yo..., cabezón..., como su padre..., también yo.
Al final, vinieron niños de todos los caseríos de alrededor, y llegue a tener cuarenta...

martes, 30 de octubre de 2012

“Las grandes amistades son como los caracoles andaluces, son lapas que se agarran fuertemente al corazón”



Ahora sé, que todo no se puede quedar en nada,
que todo tuvo su sentido, y todo su por qué.
La misma luz, que iluminó nuestros corazones,
ahora quedará siempre, -como una llama- encendida.

Ya nadie podrá apagarla, sin saber que existe,
un recuerdo de lo vivido, en un tiempo pasado,
sin saber que un día, hubo un deseo soñado,
que nadie ha quitado, a un corazón sediento de ti.

Ya puedes quitarme la vida. Por lo más sagrado,
que hago y deshago pensamientos en mi cabeza; y
acierto, -con destreza-, aquello que siempre has callado
Y que sólo un enamorado, sabe lo que otro piensa.

Acontecimientos mundanos cuya transcendencia no imaginábamos...
En Francia intrigaba el primer Ministro Pompidu.
Cuba fue excluida de la OEA.
Estados y Unidos y la URSS pasan por una crisis de misiles en Cuba. Y Adolf Eischesman, por quien ofrecí aquella herida en la pierna, muere asesinado en Israel. No, no debe ser el mismo, porque el otro murió en la silla eléctrica, y en Israel no me suena que hubiera.
La Urss, demuestra también su poderío mandando a la Iª mujer al espacio.
Pero sin duda lo más importante de este año fue el comienzo del Concilio Ecuménico II, convocado por Juan XXIII.
Como consecuencia se publican las Encíclicas: Pacen in Terris, Eclessiam Suam, y la Constitución Lumen Gentiun.
Juan XXIII, quería dar un toque nuevo a la Iglesia, y estaba preocupado por la paz del mundo.
-Abrir una ventana, para que entre aire fresco.
En efecto se abrió la ventana, y por poco cogemos una pulmonía.
China hizo estallar la primera bomba atómica.

Nosotros o, al menos yo, al margen de todo ésto.
Mariasun era la única que estaba al día, que leía el periódico en la tienda de decoración.
Todos los días a la una, después de misa, Encarnita y yo íbamos a buscarla para tomarnos un blanquito en el Central antes de subir a comer a casa.
En casa de mis padres se comía a la una y diez, pero ¡yo hacía mi vida!
De todas maneras no estaba acostumbrada a no hacer nada, así que otras veces me iba a Misa temprano, cuando apenas había amanecido.
Siempre me ha gustado ver el amanecer; y las puestas de sol, y el tren cuando llega a la estación. Ir mirando el paisaje sin pensar en nada.
No imaginaba entonces la de salidas y puestas de sol que vería en mi vida...
Horarios de trabajo, de acostarnos..., y de levantarnos..., silenciosamente. Las calles sin poner...
Aquello que los amigos experimentan, es algo que no pueden saber, quienes no son amigos. Se trata de una clave. Es otro lenguaje.
Y es que “las grandes amistades: son como los caracoles andaluces, son lapas que se agarran fuertemente al corazón”.
Y... Es verdad que ni el pasado ha muerto, ni el futuro está..., en el ayer escrito.
Cuando uno tiene recuerdos, sigue viviendo.
Los amigos siempre han sido muy importantes en mi vida, pero, en estos años..., eran ¡vitales!

domingo, 28 de octubre de 2012

1963: Tiempos de paz y rosas frescas


Yo digo que resulta muy fácil la vida cuando ya se ha vivido, y seguir viviendo. Nosotras no tuvimos miedo al presente y fuimos arriesgadas con el futuro. Hoy no tenemos miedo al pasado, le estamos agradecidas.
No tuvimos suerte con nuestros amigos -me dice Mariasun-. Muchos murieron muy pronto: Otros están en busca y captura, algunos enfermaron. A otros los secuestraron. Alguno tuvo que exiliarse amenazado por terroristas. Otros fueron echados de mala manera de sus trabajos.

Nosotras seguimos unidas en la distancia: Cristy, Mariasun, Peté, Encarnita, Rosy, Marga y yo.
Y somos muy felices viendo crecer a nuestras familias, que ya van haciéndose legión.
Aunque no nos hayamos visto en treinta, en cuarenta años, una llamada de teléfono es como si hubiéramos colgado hace cinco minutos, nuestra amistad, les impresiona a ellos; es una bendición.


Nosotros vivimos en tiempos de paz, y tal como están las cosas nos va a dar tiempo de vivir todos los tiempos.
Nuestras familias, la historia de nuestras familias, no es la historia de su decadencia, como en la película inglesa “Regreso a Bridesheadt”.
Me sigue encantando el cine, y en este caso no puedo por menos que compararlo con nuestra vida y pensar que si nuestra historia fuera llevada al cine...
Ya Mari Carmen Ochoa nos lo había advertido, aquellas navidades de 1966:
-Todas las cosas tienen su tiempo, ¿Verdad?
Y efectivamente todas empezábamos a..., ¿aburrirnos?
Buscamos otros caminos, y todas conseguimos lo que queríamos.
Ninguna nos hemos librado de la vida. Pero la hemos amado, nos han querido, y nos han regalado rosas.
¡Con espinas, porque las cortaron frescas!



Así empezamos lo que he llamado segunda parte de mis apuntes. Los tiempos bárbaros, en lo que todo era divertirse sin pensar en nada más.
Tiempos verdes, de esperanza, de fiestas..., pero de todo se cansa uno.
Yo, me cansé a los seis años, de hacer el tonto. Aunque nunca he dejado de hacerlo. Es lo que mejor me sale. Me sigue encantando hacer reír.
Reír y cantar:
-¡Pues contigo me he de casar!1
El mundo seguía dentro de nuestro pequeño mundo, y dentro de fuera. Todavía no nos hacia gracia el chiste de Mafalda:
-¡Qué paren el mundo que me quiero bajar! Porque excepto Cristy, que era un encanto, y llevaba su casa-, el resto no dábamos palo al agua, por lo menos no lo dábamos responsablemente, para los otros.
Tiempos de poesías románticas, (que no sabes lo que significan):
Sólo un enamorado, sabe lo que otro piensa.

Cuando comience a apagarse, la llama que nos alumbró,
y cierres tus ojos, me verás sentado a tu lado,
como cuando en silencio, me susurrabas al oído,
aquellas canciones, que sólo oíamos los dos.
__________________________________
1 La ratita presumida, buen mote que me pusieron mis alumnas trabajando en Valencia entre 1976 y 1991.

sábado, 27 de octubre de 2012

Las clases de Apologética: Vigo 1968





Era nuestro primer curso anual, en Aloya...
Tan contentas como estábamos Marga y yo..., y va Don Fernando Jadraque, y nos echa de clase...
Nos dice que salgamos fuera...
Nos entró la risa..., ¡no nos lo podíamos creer!
¡Pero..., salimos!
23 añazos, y nos echan de clase.
¡Dos mujeronas que éramos, maestronas!
Curtidas de fiestas sociales.
Viajadas por medio mundo.
Y nos echan de clase...
¡Total!, acabábamos de dar la "Apologética" en el colegio...

Nos acordamos de nuestra salida de Oviedo...
El 15 de agosto de 1968, Encarnita Ortega, nos acompañó a Marga y a mí a la estación de tren...
Dirección Vigo.
Oviedo-Vigo.
Ya subidas, nos gritó desde el andén:
-¡Qué dejeis bien alto el pabellón!
Y no volvimos a verla.

No volví a verla hasta 1991 cuando volví a mi tierra para acompañar a mi madre, después de la muerte de mi padre:
Habían pasado 23 años si no me fallan las cuentas, -¡que de cuentas, siempre estuve fatal!-.

viernes, 26 de octubre de 2012

Allí nos cogió el terremoto de enero del 69

Aloya

No tiene nada de particular, pero en enero de 1969, viví un terremoto. Nunca más se repitió.
Aquella tarde llegó a casa Petrita Angulo, una de las primeras numerarias que empezó en Chile. En la tertulia de la noche, nos estuvo contando cosas de allá. También de los terremotos, que ellos llaman temblores.
De la frecuencia con que podías encontrarte con gente que necesitaba un exorcismo. Incluso en una ocasión, en nuestra propia casa, una de las empleadas de la calle, se pusó muy mal, como con un ataque de epilepsia... Al no saber qué hacer, llamaron al sacerdote, que ,conocedor del percal de la tierra, pasó con acetre e hisopo y aspergió la habitación con abundante agua bendita.
Decía Petrita, que la chica se calmó. Pero inundó la estancia un olor a azufre...
Con éstas, nos fuímos a la cama.
Yo dormía en la habitación de tres, con Margot1, -, y Lourdes Martínez Echevarría2.
A eso de la media noche nos despertamos. Un ruído raro... La puertas del armario se abrieron solas, y sobre todo el farol que teníamos por lámpara se movía como un péndulo..
Yo pensé con tranquilidad en que no me importaría morirme en ese momento. Hacía dos horas que había hecho el examen de conciencia y me diria Jesús: ¡Hola!, otra vez...
-"Ven, sierva buena y fiel, entra en el gozo de tu Señor"... O algo así... Porque yo entonces, ya me tomaba en serio a Dios.
Margot se echó agua bendita, -que tenía en un perfumador cutre, de esos de plástico de colores-, en la mesilla, y siguió durmiendo.
Lourdes y yo nos asomamos al mirador. ¡Qué impotencia!
El estanque, como que se nos venía encima. Se ondulaba la tierra...
Mª Rosa salíó con sus rulos y avisaba que el mejor sitio era el dintel de la puerta...
Allí nos colocamos, pero el terremoto pasó enseguida.
Para celebrarlo sacamos unas copitas de vino de sobras.
De sobras de la misa, que lo guardábamos en botella aparte.
Petrita, que dormía en invitados, ni se enteró.

__________________________
1 Vive hace muchos años en Colonia, y hablando un alemán perfecto..., pretendía colarse en uno de esos tumultos que se arman en Roma..., la paré: Señorita Margot, ¿vivió usted un terremoto en Vigo?, ¡pues a la cola!
2 Estupendísima profesora de Arte, y estupendísima persona sevillana, residente en Madrid. Merece un capítulo a parte, pero, por si seme olvida. A su hermana le pasó lo del tiro por la culata...

jueves, 25 de octubre de 2012

Allí viví lo de las flores

El caso es que como otro de los innumerables experimentos educativosque he vivído..., de "libertad", tuvimos que incluir en el horario escolar: "La hora libre".
En ese tiempo podán cultivar un pequeño parterre, ó coleccionar cajas de cerllas, o pintar, o..., no sé. Han pasado muchos años y de tal bobada no me acuerdo. Pero...
Un domingo por la tarde, Chuca me llamó, y bajé hasta el colegio.
Blanca Montoya, se había encontrado en el suelo del jardín, un pequeño cuaderno de una niña de mi clase...
¡Nos quedamos de piedra con lo que leímos!
Ésta es la historia:
Yo venía notando cosas raras:
-Los abrigos tirados
-Los grifos de los baños abiertos
-Abiertas también las puertas de los percheros... Cosas de orden en las que insistíamos diariamente, porque el ser cuidadoso, denota una mente odenada.
Todo aquello estaba escrito como objetivos en aquel cuadernito "secreto", que se titulaba: "El club de las destructoras". Y había más objetivos...
Para destruÍr el jardín:
-Cortar las flores, y después colocarlas otra vez en su planta como si no hubiera pasado nada.
Por último "Numerus Clausus".
Sus nombres, y una especie de norma: Nadie más, podía pertenecer a ese club.
Diez años tenían los angelitos, diez.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Allí viví lo de Rousseau



Vaya por delante que en el colegio nos saltamos a este autor con el porque sí de sor Ines. Pero, era importante. Yo de Rousseau no sabía nada; había visto sí la película de Truffaut "Le petit sauvage", historia de un niño que crece solo en la naturaleza..., y una tarde aquel ser que teníamos por secretaria, nos dió toda una sesión a las profesoras alabando sus..., "virtudes".
A la mañana siguiente me llamó Chuca al despacho, eran épocas de ideologías sumergidas, anticristianas en todos los campos...
-¿Tú estuviste ayer en la sesión de formación de profesoras?
-Sí
-Y..., ¿no dijiste nada?
-No...
-Pues una numeraria tiene que saber de todo...
Y pensé... ¡Dame tiempo!, llevaba en la Obra seis meses, tenía 22 años... Y un pasado culto, pero superficial...
Rousseau está confundido en la idea del hombre. Cree que el hombre es bueno por naturaleza. Cree que es la sociedad lo que le corrompe. Y no es así el mal lo llevamos dentro.
Después sí. Después ya supe de su vida, del por qué de sus equivocadas ideas. Porque el hombre fue bueno por naturaleza en el paraíso terrenal, después del "seréis como dioses", conocedores del bien y del mal, del pecado original quedó herido en su naturaleza, e inclinado al mal.
Y no se puede educar a ninguna persona si estó se tergiversa.
Aquel "ser", me preguntó una tarde tomando unos vinos con todo el grupo en el puerto:
-Blancamelia, ¿Tú no sientes vacía la almohada a tú lado cuando te acuestas?
-No
Entonces dije que no, con esa cara de tonta que se me pone cuando..., ¡Es increíble lo que me preguntan! ¡O lo que me explican! Fue una..., por lo menos "susia", que dirían en "Venesuela"...
¡Eso no se le dice a una vocación al celibato por el Reino de los cielos que acaba de decidirse! Que con 22 años, sabe de qué va la vida...
Y ella acabó mal. Se fue al final de curso, pero arrastrando consigo a otra..., ¡tanto "naturalismo"!, -vamos a decirlo así-.

martes, 23 de octubre de 2012

Entre "Aloya" y "Las Acacias". Curso Vigo 1968-69


Y retomo aquí para escribir lo que yo quería hoy. La plaza del Diamante...
Leí esta novela, y Aloma, en 1968, cuando en Vigo, vivía en "Aloya" y trabajaba en "Las Acacias". Tal vez, la tomé sin darme cuenta como modelo para escribir como ella, de forma:
"Coloquial, lírico, insignificante, doméstico, ingenuo, dramático.
Y lleno de muchos detalles aparentemente intrascendentes".

Monte El Castro

Lo que yo quería escribir hoy, era sobre la “evangelización”, -vamos a decirlo así-, de los ricos. ¡Que también tienen derecho, pues les “es más difícil entrar en el cielo, que pasar un camello por el ojo de una aguja”!
Me dí cuenta, cuando un día fui, -con una numeraria, María Piñeiro Escrivá de Romaní, sobrina sí, de la Reina Fabiola de Bélgica, -hija de los Marqueses de Beudaña-, a un hospicio, para comprar una formas sin consagrar, que hacían las monjas. Había un olor a pis… Y yo, con unos meses de vocación recién estrenada, pensé…
“Si me hubiera hecho monja de hospicio”, ¡cómo me valorarían todos!
Pero, no era así. Y tuve muchas contradicciones, -digamos-. Lo mío era otra cosa. Era santificarme con mi trabajo y hacer apostolado donde estaba. Y, trabajaba en un colegio de niñas “bien”, -vamos a decirlo así-.
Y, vivía en una Escuela para niñas “superbién”, que “me miraban por encima del hombro”, -vamos a decirlo así-.

Aloya, hoy

Vivía en Aloya. Aloya era entonces una Escuela de secretarias de Dirección, de alto Standing. María Rosa, actualmente en Canadá-, era la directora.
Alicia, la imponente Jefe de estudios. Y luego estaban, -que yo conociera-, las no menos imponentes profesoras, de Inglés, Arte, Estenotipia, -Lourdes Martínez Echevarria, Pilar-...
Yo era profesora de 4º de Primaria en Las Acacias.
Vivíamos pegadas a la Escuela, en un chalet precioso, con torreón, jardín, con mini-lago, nenúfares..., en un alto frente al mar, al lado del Monte El Castro.
En aquel curso, 68-69, vivimos de todo...
Pero vamos por partes:
Si Aloya era bonita, Las Acacias, en la llamada finca de "El cable inglés", deslumbraba. No lo encuentro en Internet para mostraros las imágenes... ¡En fin!, lo cuento.

Las Acacias se situaba a cinco minutos de Aloya bajando por la amplia acera izquierda del Monte El Castro. Era un jardín:
Rododendros, dalias, camelias..., crecían con aquel suave clima gallego; lo invadían todo, y en el centro, mirando al mar desde lo alto: El colegio.
Siempre pensé que bien podría haber sido un internado para señoritas inglesas de la época victoriana, con su internado, sus clases de equitación y tenis, estilo “ El jardín de los Finzi Contini"...
La directora era Chuca Pereda.
La mejor maestra de maestras que he conocido, aunque primordialmente se dedicaba a los padres.
Cuanto sé de didáctica, se lo debo a ella.
Chuca era una mujer fea, con una personalidad extraordinariamente arrolladora. Y lo sabía. Y muy buena.
La subdirectora era entonces Blanca Montoya, una ¡señora!, segoviana, gran amiga mía. Allí en Vigo sigue después de que se murió Chuca montó un centro de Educación especial. Estará a punto de jubilarse.
Y la secretaria. Algo muy raro que se llamaba C., -vamos a decir-.
Y, Pitusa, Mª Jesús,… y muchas más…, éramos las profesoras.
Allí conocí a Carmen, -la periodista que cubre las noticias de la familia real-, cuando tenía unos 14 años. Su hermana Jacqueline, estaba en 4º de Primaria.

lunes, 22 de octubre de 2012

Era el 15 de agosto de 1968: La llegada Vigo


 La llegada a Vigo fue impresionante. Serían como las 8 de la maña, cuando entre brumas empezamos a ver la bahía. Aquellas mejilloneras, que la hacían parecer Hong- Kong, el sol dorado y rosa, nos impresionó.
Habíamos salido de Oviedo en tren, sobre el medio día. Como dije, Encarnita nos acompañó, y ya desde el andén, nos gritó:
-¡Qué dejéis bien alto el pabellón!
Era el 15 de agosto de 1968, ese mismo día sabíamos que se estaban casando Mariasun y Siro, en la Colegiata de Santillana del mar, en Cantabria. Marga los llamó para felicitarles, pero había el típico barullo, y yo no me puse.
No volvimos a saber de ellos, ni de nadie, hasta muchos años después.

Nada más arrancar Marga dijo que haber quien iba a ser la directora. Y le contesté:
-Yo. Porque pedí la admisión antes.
No creas que nos lo tomábamos a broma. Donde hubiera dos, había familia, así que una mandaba, y la otra obedecía, que era lo mismo, porque el que manda, sirbe y el que obedece también.
Hicimos un horario para vivir las normas del plan de vida: El santo Rosario, la lectura espiritual, la oración. Y la comida, y las ocho horas de sueño...,¡en fin, todo lo que habíamos aprendido!

Llegamos a Aloya. Habían convertido parte de la Escuela en habitaciones y clases, y comedor. Seríamos casi teinta. íbamos a hacer nuestro primer curso anual. A Marga y a mí, nos tosó dormir en una simpatiquísimas literas de alegres colchas y mucha luz en lo alto de las ventanas corridas y altas. Ella, en la de arriba,fue tanto su vigor por levantarse heroicamente, que en riesgo puso mi vida, porque se tiraba sin mirar..., estuviera yo, o no. ¡Y venga la risa! Pero muy edificante.
Para mí su vocación es un motivo serio de credibilidad, además de los milagros del evangelio.

Nos copiamos el horario.

domingo, 21 de octubre de 2012

2012: Mi presente. Blu




El presente, -en efecto-, que no es una determinada fecha,
sino el ahora de una vida que puede ser larga, ..., breve.
Hoy por hoy...

"No teme dolores...
quien ama con fe...
Más vale tenr...
Placer con dolores
que estar sin amores" .

La lucha ascética conduce a vivir el "gaudium cum pace".
La alegría... ¡con paz!!!!!
Regalo irrenunciable de Dios.
Sería como ir contra su voluntad.
Una mujer que le da todo al Señor, tiene el "Per crucem ad lucent".
Por la Cruz, a la Luz.

Yo no amo a nadie más que a Tí.
A todos amo..., menos.
Por eso "In laeticiae, nulle dia sine cruce". Con alegría, ningún día sin cruz.

Sin Cristo no se entiende casi nada: El dolor, la muerte..., las limitaciones...
La enfermedad, el sufrimiento, el sacrificio...
Vino para padecer.
Vino para dejarnos el ejemplo.
Mis dolores son: ¡en el alma mayores que en el cuerpo!

¿Qué cómo llevo yo la cruz?
No tengo que buscarla. Llega sola a diario. Humildemente. ¡Tengo mucho por lo que sufrir!
Ni un vaso de agua fresca, -una cosa pequeña-, quedará sin recompensa.

Su vida, su muerte, fue cruenta.
Airear que venimos al Calvario, no al Tabor.
No a la luz plena del Cielo.
La incapacidad..., ¡es providencial!
Llamar cruz a cualquier cosa, es una pérdida del sentido Providente de Dios.

Estoy, -enferma-, ¡más Cristo que nunca!
¡Más hija de Dios!
Éste es nuestro camino.
Por la señal de la Santa Cruz...
¡Oh Cruz fiel...!
¡Árbol donde la Vida empieza...!!!
Besar después de adorar, rodilla en tierra.
¿Cruz?, ¿donde Él ha entregado los cinco sentidos...???
¡Tanto dolor de Cristo..., estoy con-fundida!...
¿Hay que amar así?
¿Es el dolor la piedra de toque del amor?

"Y si en amor estoy ducho,
es por causa del dolor,
pues no hay amante mejor,
¡Que aquel, que ha sufrido mucho"!!!!

Dependo de ella. Y de vosotros...
Blu

sábado, 20 de octubre de 2012

La huída: de España a España


En Barcelona estuvieron seis semanas, que se convirtieron en una dura prueba para los nervios de todos. Había que conseguir tomar contacto con posibles guías para pasar el Pirineo. Eso, además de no ser fácil, costaba dinero. Del dinero dependía todo; sin dinero no habría admisión en un grupo de fugitivos... Los guías exigían que se pagara en billetes del Banco de España expedidos antes del 18 de julio de 1936.
Con esta actitud daban a conocer qué victoria preveían: la junta de Defensa Nacional, formada en Burgos, había declarado por radio que una vez terminada la guerra no reconocería el dinero acuñado posteriormente en Madrid por el gobierno republicano.

La estancia en Barcelona también costaba dinero, por mucho que trataran de ahorrar pasando hambre.
Buscaron diversos alojamientos. Don Josemaría, Juan Jiménez Vargas, Tomás Alvira y Manolo Sainz de los Terreros se alojaron al principio en un hotel, pero a los pocos días el Padre y Juan se trasladaron a la pensión de una señora, viuda de un Coronel. Tomás y Manolo encontraron otra pensión. Superando graves riesgos, Juan Jiménez Vargas, que se estaba convirtiendo en motor y organizador de la empresa, logró traer a Barcelona a Pedro Casciaro, Paco Botella y Miguel Fisac, un estudiante que desde el principio de la guerra había permanecido escondido en el desván de una casa en La Mancha.

Los tres jóvenes, desertores del ejército republicano, no sólo se encontraban continuamente en peligro de muerte, sino que, además, constituían un grave riesgo para todo el grupo, por ser los primeros que podrían llamar la atención. Habían encontrado alojamiento en una casa en la que reinaba una absoluta distinción... y un hambre absoluta; incluso el pobre perro pasaba tanta hambre que, en su desesperación, llegó a devorar un cinturón de cuero de Pedro, los calcetines que Paco había colgado a secar e incluso un pedazo de jabón, por lo que durante días estuvo soltando espuma...

José María Albareda vivía en casa de su madre. Estaban allí también dos sobrinos de cinco y siete años de edad, que pasaban horas haciendo cola para conseguir una ración de tabaco para un soldado, que se lo premiaba con un pedazo de pan. La suerte (aunque las había más crueles) de los dos chiquillos hambrientos, cuyos padres habían tenido que huir a Francia, le partía el alma a don Josemaría. «Juega con ellos -solía decir a Pedro-, entretenlos un rato.»

En cierta ocasión, Pedro les preguntó si querían que les dibujara algo. Le pidieron, unánimes, «que les pintara un plato con un par de huevos fritos», lo que Pedro hizo, sin pensarlo más, y añadiendo por su cuenta unas salchichas. Cuando el Padre vio la escena, dijo a Pedro, sin que los niños lo oyeran:
«¿Pero no te das cuenta, hijo mío, que es una crueldad mental dibujarle eso a estos niños hambrientos?».
 

jueves, 18 de octubre de 2012

Aquella pitillera era entonces el único Sagrario del Opus Dei



Por el camino, el Padre estuvo continuamente rezando en voz baja, sin nerviosismo alguno, pero con preocupación y pesar por los que había dejado en Madrid y en Valencia.



 Al oír las blasfemias que algunos viajeros pronunciaban continuamente, el Padre decidió consumir las Sagradas Formas.
No tuvo más remedio que hacerlo en el lavabo del vagón.



Alguna vez, en años posteriores, habló, siempre con el mismo dolor y con el mismo amor a Jesús Sacramento, de esta Comunión nocturna que se había quedado muy grabada en su memoria.

 



Soy testigo de lo que costó muchos años más tarde recuperar aquella polvera: Mucha oración, mucha mortificación. En el verano de un Madrid especialmente caluroso, muchas caminatas a las 4 de la tarde, hasta que María José Monterde entro a rezar en una iglesia donde estaba expuesto el Santísimo: ¡Y por fin encontraron la calle y el domicilio de la señora que la guardaba y naturalmente no la quería soltar!
Al final fue Don Álvaro el que tuvo que viajar desde Oviedo, y a él si se la dió. Era el comienzo de la oficina histórica que comenzamos al final de los años 70 con Marisa Merladet, Ana Sastre, Carmen... Hasta entonces poco sabíamos.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Pedro Casciaro rememora: el Fundador llevaba sobre el pecho las Hostias consagradas


Su padre le quiere, pero precisamente por eso no le quita la libertad en sus decisiones. Y la decisión, en este caso, era enormemente difícil: por una parte, la supervivencia y el desarrollo de la Obra exigían que el Fundador abandonara la zona republicana, pues permanecer allí y exponerse cada día y cada hora al riesgo de encarcelamiento o de la muerte suponía tentar a Dios, querer forzarle...
Por otra, en la capital quedaban su madre, su hermana y su hermano de dieciocho años, así como Isidoro, Álvaro y todos los que no podrían huir.
Irse ¿no significaba dejarlos en la estacada? ¿No se podría pensar que era miedo o falta de audacia?

Con fuerza inaudita se planteaba el problema de la «rectitud de intención», que obligaba al Padre a examinar lo más profundo de su corazón: ¿Qué respondería mejor a la caridad: quedarse o huir?
Fue una lucha en la oración, una lucha que fue creciendo hasta convertirse en un tormento, pero, al final, la decisión estaba tomada: huir.
Sin duda fue aquélla una de las situaciones más difíciles de su vida, pues en las semanas y meses que siguieron, casi hasta el último día de la aventura, cuando pensaba en los que se habían quedado, renacían las dolorosas dudas, y en más de una ocasión faltó poco para que se volviera atrás.
El mes de septiembre transcurrió haciendo planes y estudiando posibilidades. Por fin se decidió que se intentaría la fuga a través de los Pirineos, un camino que habían recorrido ya muchas expediciones con mejor o peor suerte.
En primer lugar había que ir a Barcelona, para tratar de establecer contacto con alguno de los guías que, de cuando en cuando, conducían grupos de fugitivos a Andorra. Eran hombres jóvenes, duros y atrevidos que conocían las rutas escondidas en las montañas como la palma de su mano, contrabandistas que llevaban «mercancía humana». La peligrosa profesión había surgido en aquellas circunstancias anormales, y peligro era también seguirles por aquellas rutas intrincadas.
En bastantes ocasiones, los guardias fronterizos descubrían a grupos de fugitivos que eran fusilados de inmediato. De Madrid no partían trenes, porque la ciudad estaba casi sitiada.
La única salida era la carretera de Valencia. Conseguir un coche y la gasolina necesaria no era fácil, pero por fin se arregló todo y llegó la hora difícil de la despedida: de la madre y de los hermanos, de Isidoro Zorzano y Alvaro del Portillo, de todos los que tenían que quedarse en Madrid.

El 7 de octubre partieron hacia Valencia. Acompañaban a don Josemaría, Juan Jiménez Vargas, José María Albareda, Manolo Sainz de los Terreros -en cuya casa de la calle Sagasta había pasado el mes de agosto de 1936-, y Tomás Alvira, un profesor de Instituto, amigo de José María Albareda, al que había conocido hacía pocos días. En Valencia se encontraron con Pedro Casciaro y Francisco Botella, dos estudiantes de arquitectura que pertenecían a la Obra. Los dos estaban dispuestos a acompañar al Padre, aunque en aquel momento no se veía la forma de hacerlo. Estaban movilizados y destinados a servicios auxiliares en el ejército republicano. Pedro trabajaba en la oficina de la Dirección General de los Servicios de la Remonta. Pedro Casciaro rememora una conversación que tuvo con su compañero de estudios, que refleja bien las disposiciones interiores de aquellos dos jóvenes:

«Desde esa tarde habíamos pasado a ser de los "mayores" de la Obra, de los que el Padre necesitaba para sacar adelante lo que era voluntad de Dios. Recuerdo que hasta hicimos un comentario con buen humor:
"Convéncete -dijo uno-, que hoy hemos dejado de ser un par de jovenzuelos inconscientes y que no hay más remedio que comenzar a ser hombres responsables».
Estaba previsto que Pedro Casciaro y Francisco Botella se quedaran en Valencia hasta que recibieran nuevas noticias e indicaciones desde Barcelona.
Mons. Escrivá y sus acompañantes recorrieron los trescientos cincuenta kilómetros que separan Valencia de Barcelona en tren..., en compañía del Señor, pues el Fundador llevaba sobre el pecho las Hostias consagradas, en una pitillera de plata que metía en una bolsita rectangular con los colores de la bandera hondureña.

martes, 16 de octubre de 2012

En abril de 1937 se planteó nuestro Padre por primera vez la idea de abandonar la Legación de Honduras


El que pego a continuación es el relato de un gran historiador alemán, Peter Berglar.
Por su misma condición, de no ser español, pone distancia al tiempo y a la historia, pero de que fue heróico y milagroso, aquel paso de los Pirineos, lo fue.
En abril de 1937 se planteó nuestro Padre por primera vez la idea de abandonar la Legación de Honduras y ganar la otra zona huyendo a través del frente.
Hubiera existido tal vez una posibilidad, ya que varios miembros de la Obra eran soldados en el ejército republicano, unos porque habían sido reclutados y otros para evitar males peores.
Al final se abandonó el plan, por irrealizable. Entonces, don Josemaría, que carecía de cualquier tarjeta de identidad, puso todo su empeño en conseguir un «documento» que le permitiera salir a la calle con un mínimo de seguridad.
Después de muchos esfuerzos consiguió por fin un certificado que le acreditaba como «intendente general» de la Legación de Honduras y abandonó su encierro.
Así, al cabo de trece meses, pudo volver a salir a la calle con un riesgo que, si no era nulo, por lo menos era menor que el de antes. Fue a vivir a un pequeño ático en la calle de Ayala, una zona donde nadie le conocía de vista. Había adelgazado mucho ("Su madre lo reconoció por la voz", la aclaración es mía) y, con su traje de calle gris, aunque le estaba algo grande, y su corbata, no tenía aspecto de sacerdote disfrazado.



De inmediato volvió a su vida acostumbrada. Con increíble rapidez empezó a desarrollar una intensa actividad apostólica, hablando con muchas personas de amigo a amigo y como consejero espiritual, celebrando Misa (en casas privadas, por supuesto, en secreto y con graves peligros), administrando los Sacramentos e incluso dando ejercicios espirituales.
Gutiérrez Ríos ha descrito unos que duraron tres días; participaron unas cinco o seis personas jóvenes, Zorzano y Albareda entre ellas. Llegaban por separado. Escuchaban una meditación y enseguida se iban, cada uno por su lado. Por la calle meditaban sobre lo que habían escuchado y rezaban en silencio el Rosario; luego se reunían para la segunda meditación en otra casa, para la Misa en una tercera. En esas circunstancias, cada día que transcurría sin percances era un regalo de Dios.

Don Josemaría y los que le rodeaban pensaban que, al final, la victoria sería de los llamados «nacionales» y con ello la persecución de la Iglesia llegaría a su fin: Dios había salvado a su Iglesia a través de las persecuciones de los emperadores romanos, de los árabes y los turcos, de las revoluciones francesas y rusa, y Él haría que también sobreviviera a esta guerra...
Ahora bien, la seguridad que les proporcionaba la fe y la experiencia histórica no daba respuesta clara a la pregunta de cómo debe comportarse cada cristiano en una situación concreta; no daba respuesta a la alternativa que se le planteaba a don Josemaría: permanecer en Madrid o salir de allí;
¿debería huir?... ¿Podría irse?... ¿Tendría que hacerlo?

Dios quiere nuestra confianza, no nuestra pasividad. En aquellas circunstancias difíciles el Fundador del Opus Dei se mantuvo con fe firme y confiada como la de un niño, obediente siempre al querer de Dios; pero esa fe estaba siempre unida al oído más atento a las inspiraciones del Espíritu Santo. Y la cuestión que ahora se planteaba era: ¿Cuál es la Voluntad de Dios en esta situación especial de comienzos del otoño de 1937? De seguro que Dios esperaba, en primer lugar, que pusiera todos los medios: entre ellos, el juicio sereno, la valoración de las propias fuerzas físicas y psíquicas.
Don Josemaría podía argumentar diciendo:
«Si Dios quiere realizar el Opus Dei a través de mí, entonces me protegerá y me salvará donde estoy ahora, y me salvaría incluso en el calabozo de una checa».
Ese razonamiento parece humilde y lleno de confianza..., pero, de haberlo aplicado, hubiera sido temerario e incluso impertinente; algo así como si un hijo que estuviera en dificultades le dijese a su padre:
«A ver qué haces, tú me has traído al mundo; ahora tienes que sacarme de apuros, al fin y al cabo es tu deber; yo no hago nada, espero a ver qué haces tú ... » Esto sería absurdo; un hijo tiene que intentar resolver por sí mismo las dificultades, y buscar el camino para arreglárselas por su cuenta.

lunes, 15 de octubre de 2012

1963 Blu recien salida del colegio



Ésto que escribo, -cuatro años de mi vida-, no creo que dé para mucho; pero es importante para comprender lo que pasó después.

Siempre he sido muy sociable, lo heredé de mi madre, vivísima, ya lo dije, nací así, y simpática:

-“La humildad es la verdad”.
Graciosa, más bien.
De verdad..., pienso que la gracia no la tengo yo, sino las personas que me rodean y me las ríen, -las gracias-. No. No las pienso. Hablo, y se ríen. Tengo muchísimo genio. En esta época: malo, mal humor, sobre todo en casa. Mamá me llamaba:

-“Placer de puerta ajena”.

Y me repetía con retintín:

-“Siempre alegres, para hacer felices a los demás”.

Vamos a dejarlo en carácter fuerte. Y una voluntad de hierro…, para hacer lo que me daba la gana. Sigo igual.

sábado, 13 de octubre de 2012

Don Tomás Alvira, nos contó...

¿Qué se siente, cuando uno ha conocido a una personas estupendas, y pasados los años, los ve en una estampa para la devoción privada, en proceso de beatificación?
No sé explicarlo.... No sé. Me entran ganas de escribir todo lo que recuerdo de ellos. En este caso de don Tomás Alvira. Don Tomás, yo lo llamaba así.
Lo conocí en mayo de 1965, en las Oficinas Centrales de Fomento de Centros de Enseñanza, -entonces con sede provisional en Fernando IIIº el Santo-. Es la persona más amable que he conocido. Sonriente y agradable..., así lo ví siempre. Un hombre bueno.
Él me recibió en Fomento y de él me despedí, cuando en 1976 me llamó para que fuera a su casa. Me ofreció trabajar en la Escuela Universitaria del Profesorado de Mirasierra, -también de Fomento de Centros de Enseñanza-, pero yo ya me había comprometido con Guadalaviar, y era inminente mi partida para Valencia. De todas formas recuerdo que me recomendó un libro: "Gramsci". Y lo leí.
Especialmene interesante los cuadernos desde la cárcel "Hegemonía", lo llama; para saber cómo es la sociedad en la que estamos trabajando. Cómo pudo desde la cárcel, y muerto con apenas 46 años, conocer tan bien lo que llamaba la estructura, y una vez conocida, saber cómo actuar...
De su boca oí el "heróico" relato del Paso de los Pirineos en 1937. Lo he buscado escrito por él, pero no lo hizo.
Sin embargo copio de su biógrafo:

"Pensaba que las utopías de izquierda desconocían la naturaleza del hombre, su sentido, y sus valores más inalienables; a la derecha la calificaba de mediocre, sin nervio y originalidad para resolver los problemas de la sociedad, porque en el fondo era medrosa y codiciaba sus privilegios...
Sin excepcionales entusiasmos por la monarquía, la aceptó y respetó cuando llegó el momento”.
Así era don Tomás.
Y copio cómo fue su vocación al Opus Dei, el primer supernumerario del mundo:

Una tarde, el 1 de septiembre de 1937, conoce en la pensión a un hombre de unos 35 años, vestido con un mono gris de trabajo, extraordinariamente delgado, cosa frecuente, por otra parte, en aquellos momentos de escasez de alimentos.
Es sacerdote, y se ve obligado, en aquel clima de feroz persecución religiosa, a vestir de paisano; se llama Josemaría Escrivá. Es el fundador del Opus Dei. Comienzan a charlar. Alvira oye por primera vez, sorprendido, de la posibilidad de ser santo en la vida cotidiana, en el trabajo profesional, tanto en el celibato como en el matrimonio. Ese mensaje evangélico le impresiona hasta tal punto, que cuando el sacerdote se despide de Albareda, decide acompañarle. Está convencido de que este encuentro marcará su vida.
-¿Dónde vas?-, le pregunta Escrivá.
-Donde usted vaya-, le responde Alvira.
Y le abre su alma con plena confianza, mientras caminan cerca de la verja del Retiro. Llegan a la calle Ayala, pasando por Alcalá y Serrano. En este paseo breve, pero decisivo, Alvira comienza a comprender que ésa es la misión de su vida, la voluntad de Dios para él: entregarse plenamente a Dios en el matrimonio. Ése es su modo específico para hacer la Iglesia, para ser santo. Esa es su vocación; su don y su tarea en este mundo.
-¿Qué ha descubierto? ¿Un nuevo método para acercarse a Dios?
No. ¿Un nuevo enfoque sobre la moral cristiana? Tampoco. El Fundador del Opus Dei no le ha propuesto una especie de “catolicismo original”. Le ha recordado una propuesta genuinamente cristiana, -la llamada universal a la santidad-, con un carisma concreto, el del Opus Dei.
Una llamada universal, que está tan claramente expuesta en las páginas del Evangelio —“sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”— como desgraciadamente olvidada en este primer tercio del siglo XX.

jueves, 11 de octubre de 2012

1937: La carta de Eloísa

En 1937, Eloísa, mi tía Eloísa, -hermana de mi padre-, le escribe esta carta al frente. España está en Guerra Civil. Lo que le dice en ella va a influir en mi vida 25 años después, de modo definitivo.
Ese niño, que aparece en la carta, que no murió milagrosamente en el bombardeo, va a ser la causa de que yo encuentre "la horma de mi zapato". Ésto es lo que dice, y lo transcribo:

Torrelavega, día 25 de Septiembre de 1937

Queridísimo Hito1:
Hoy he tenido tu última carta en la que me dices te mande las cosas y al mismo tiempo te escriba2, pues así te llegará la carta con más facilidad. Estaba deseando hacerlo, pero por lo que tú decías me parecía inseguro que las recibieses, y ese ha sido el motivo de que no sepas nada de nosotros.

Te supongo enterado de nuestra ida a Hinojedo (por miedo a la aviación) y del resultado tan catastrófico, pues en el chalet que habitábamos cayó una bomba el día 22 de agosto, y créeme fue algo milagroso el que no nos pasara nada de 11 personas que estábamos reunidas en el hall de la casa.
Fíjate si fue cuestión de suerte o un milagro de la Virgen que el niñuco3 estaba dormido en el piso de arriba y se despertó; fuimos a buscarle y cuando bajábamos por la escalera cayó una bomba en la esquina de la casa, justamente donde dormía el niño.
Desde aquel momento hasta la entrada de las fuerzas nacionales no tuvimos ni un momento de reposo y desde luego alimentándonos exclusivamente de leche condensada (pues ni pan había desde el día ese, ni leche, ni agua ni luz).
La zona de Hinojedo y la masera de Cortiguera fue muy castigada por la aviación, pues los milicianos rojos, con más miedo que vergüenza por la vía de Requejada y otras; intentaban marchar para Asturias por la carretera de Santillana, cosa imposible pues ya estaba tomado el puente de la Barca y tenían emplazadas unas cuantas ametralladoras.
Tu que conoces toda esa parte (por cierto ¿te acuerdas del morrón que te llevaste una vez en bicicleta?4) Te darás perfecta cuenta de la situación que te pinto ¿no?
Yo además estaba muy preocupada pues a Fernando5 le habían detenido el día trece con el pretexto de ser desafecto al régimen. Vinieron a detenerle a casa a las doce justamente el día que pensábamos ir a Hinojedo, pues parte de mi idea de ir allí fue para evitar los últimos momentos que me parecían muy peligrosos y que lo hubieran sido si les hubieran dado tiempo.
Aquí en Torrelavega no ocurrió nada más que el incendio de la casa de Bachiller (Centro Comunista) y la finca de Perogordo (Centro Juventudes Socialistas) que ellos mismos quemaron viéndose perdidos, pero por lo que me he enterado, luego tenían en lista los edificios que había que destruir al día siguiente, cosa que no pudieron hacer afortunadamente.

Como te decía Fernando fue detenido con 17 más de gente de aquí y con orden expresa de darlos el paseo aquella misma noche en el faro de Santander, cosa que la casualidad impidió pues los llevaron al cuartel y los reclamó Calhorro el de la mina, quedando desde ese momento encuadrado en su batallón de fortificación de los mineros de la compañía asturiana.
Ahora que no todos escaparon, así pues Ángel Ruíz Velarde, -el hermano de Tonina la de Viérnoles-, desapareció aquella noche y no se ha sabido nada de él.
Fernando estuvo unos días en ese batallón hasta que vinieron a todo correr hasta casa y estuvo refugiado hasta el fin.

Mucho muchísimo hemos sufrido pero ya terminó afortunadamente. ¿Verdad que parece un sueño malo o una pesadilla espantosa lo que hemos pasado en un año?

¡Qué cambio tan tremendo! Bueno, el día que volví a ver nuestra bandera y los soldaducos de España que nos fueron a esperar en la carretera de Barreda, lloré de alegría con una emoción que nunca, nunca he sentido en la vida. Esto es ejército con fe, estos son hombres.

Tampoco te puedes imaginar que alegría el día que sacaron a la Patrona por las calles, (eso sí con 10 días de retraso, pues ya sabes que su fiesta es el 15 y las tropas entraron el día 23). Toda la gente lloraba al verla y la llevaban en hombros toda la gente más perseguida y señalada en este movimiento.
Ha habido gente que cuando hablábamos decíamos que estaban en el ejército nacional que ha estado entre dos paredes 13 meses comiendo (lo que tú sabes que se podía comer) por un agujero. Entre ellos están Julián Urbina y su mujer Turín Pérez y otros que te contaremos, pues ha habido un señor que ha estado debajo de tierra en la huerta de su casa, y su familia tenía que llevarle el alimento y la bebida para todo el día por las noches. En fin, ha salido gente a la calle que tiene razón un periodista del Diario Alerta de Santander publicando unos dibujos que titula “Rostros que se ven estos días” y son unas caras escuálidas, melenas y barbas inconcebibles. Bueno lo de escuálidos estamos todos, pues yo peso 42 kilos.

Pero ya todo pasó y gracias a Dios estamos todos bien cosa que desgraciadamente no pueden decir todas las familias de esta provincia. De Rodrigo6 es del que no sabemos nada; por supuesto la casa ha quedado requisada, pues Tere7 no estaba en ella así que ha venido a recurrir a papá y han tomado el acuerdo de que provisionalmente viva en vuestra casa, cosa me figuro será poco, pues…


La carta acaba aquí. Debe faltar alguna hoja pues no hay despedida, ni firma ni nada. Usa una tinta verdusca que debía ser la que había. Unos años antes se usaba morada, es la que usa mamá en su cuaderno del año 1927.

¡No dejes nunca de rezar por la paz del mundo!

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Notas
1. Así llamaban tb a mi padre.
2. En ese momento, papá tiene 20 años, está movilizado, y sigue siendo el pequeño de la familia, y sin madre, por eso se explica la carta, y las de los demás de la familia.
3. Roberto Pastrana, primo carnal mío, al que por circunstancias no conocí hasta que 28 años después, vino a casarse con Mari Carmen Ochoa, compañera del colegio, y amiga. Con él vinieron un grupo de compañeros médicos en Puerta de Hierro. Los recibimos en El Estudio, y después, decidimos ir a vivir a Madrid ese invierno (…). Así fue como conocimos Marga Monforte y yo, Fomento de Centros de Enseñanza, y luego, vino rodado, el cambio hacia la felicidad. Marga vive en Perú, desde 1976, y yo encontré la horma de mi zapato, en ella sigo: ¡Tan a gusto!
4. La foto, con la barbilla cosida y tapada, de mi padre a la derecha, de 1935. Sé la bronca que se llevaron Chús Collado y él, porque fueron a curarse a casa de Doña María que le dijo a Chús:
-Hijo, ¡tan grande, y pareces tonto! Fue una gran persona, muchos años Alcalde de aquí.
5. Su marido.
6. Es el marido de su hermana Mª Teresa. Rodrigo San Juan, muy conocido aquí.
7. Su hermana Mª Teresa.

lunes, 8 de octubre de 2012

El último Parte de Guerra en casa


María, la muchacha, siguió muchos años llamando así al Diario hablado de las 2,30. "El Parte". Y utilizando la expresión:
-“En tiempos normales”..., que tardé algunos años en comprender, -antes de la guerra-, quería decir.
Creo que me lo sé de memoria, no recuerdo que nadie me mandara recordarlo:
“En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejercito rojo, han alcanzado las tropas Nacionales, sus últimos objetivos militares. La Guerra ha terminado. Madrid, 1 de Abril de 1939

Hubo “Un millón de muertos”. Leí un libro de Gironella con este título. Sólo en Madrid murieron 451 religiosos, 73 religiosas muertas o desaparecidas. Sin salir de la Provincia, de las 210 Iglesias que había: Destrucción total 45. Destrucción parcial 56. Daños leves 84. Sin daños 14. Intactas 11.
Papá no era político, ni fanático de nada. Era un señor normal, tolerante, y cristiano sin ostentación.
Si no sabíamos algo nos informaba, pero no imponía, ni ideas, ni nada. No hacía, “como que le gustaba la música moderna,” para acercarse a nosotros, ¡le gustaba de verdad!

Heredamos sus 18 Compact disk y sus 60 cintas de cassette. Lo que quedó después de los “repasos” que dieron “unas y otras”, -que no soy yo-:
Música de organillo. Mexicanas. Beethoven. Mozart.
Incluso Viva la gente, dedicada: Para Blancamelia.
Soldadito español2… Sevillanas, Romina y Albano, El día que me quieras…

Le gustaban las películas de Wald Disney, ¡cómo lloramos todos en “Bambi”!
Jugaba a la petanca, se divertía con nosotros. Estaba. Este es el “quid” de la cuestión: Nuestros padres ¡estaban!
Y de mayores lo mismo. Era nuestro padre, pero la relación era de confianza, y respeto, eso sí, groserías, ninguna.
La palabra hortera, que se puso de moda por los años 60 en plan clasista e insultante, no la permitía:
-Busca en el Diccionario lo que significa.
¡Que hubiera dicho de vuestra jerga actual, que además imitan los adultos introduciéndola: “Como dice la gente joven”...!
Lo más fuerte que decía cuando, pocas veces, se enfadaba era:
-“A otra cosa mariposa”.
Siempre nos trató como a mayores:
-No hagas el tonto. No digas tonterías.
Mayor, que puedes consultarle un asunto, y fiarte, por listo y por bueno. Yo tengo amigas así. Con ese confiar, listas y desinteresadas. Buenas.
Nos dejaba muy libres. De dinero, le decíamos “de la Virgen del puño”. Por lo “agarrao”. De viaje era otra cosa.
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2  Ventiun años después no he podido volver a ponerla. Ya muy enfermo hacía la instrucción por el pasillo enorme -de 50 metros- con ella, aunque vivir es olvidar, aún se me parte el corazón.

sábado, 6 de octubre de 2012

1936: Mi padre y la Guerra Civil


Con veinte años vivió la Guerra Civil del lado de los "rojos"1, en Automovilismo primero; y en Oficinas, como mecanógrafo, después, o al revés. Al revés.
Al capitán que le tocó, le llamaba Sancho. Juan Sancho-Sopranis y Favraud, Teniente Coronel de Ingenieros DEM. Fue Creador -después-, del Centro de Estudios Superior de la Defensa Nacional, dependiente del Estado Mayor.
En el año 1988, le pierdo la pista. En 1957 fuimos a verle a Burgos. ¡Qué ciudad tan coquetona! Su mujer, y sus hermanas, con un cutis blanco como de porcelana, lo pasamos muy bien.
Tenemos un bodegón pintado por Sancho en el comedor. Por detrás tiene escritas las horas y los días que tardó en terminarlo.
Fue él quien, pasados los años, en 1983 aproximadamente, aconsejó a mi hermano el pequeño, Álvaro que opositara a Intervención Militar. Y lo hizo. Sacó el nº 1.
Uno de los compañeros de Guerra fue‚ Sagivela -hijo del famoso cantante de Opera Sagibarba-. Le llamaba Sagi. Alguna vez estuvimos en Madrid con ellos, pero pasan los años..., y lo de Mafalda:
- Mamá, ¿tú de pequeña tenías amigas?
- Sí...
- ¿Qué pasó?
- Pues, la vida...
-¡Y ¿Quién se cree que es la vida, para hacer tales cochinadas?!
Hay dos compañeros más en las fotos de los que no recuerdo que nos contase nada.
Nadie sabía al principio, que pensaba el otro de los bandos en contienda.
Un día al salir hacia Asturias, en un pueblecito, se encontraron al borde de la carretera con lo que claramente parecía una Imagen tapada con una sábana, tal vez no les dio tiempo de esconderla. Uno de ellos dijo a mi padre:
- ¡Tírala! Mi padre contestó en el mismo tono:
-¡Tírala tú!
No la tiraron. Y así, supieron que los cuatro pensaban lo mismo.

A veces el cansancio y el hambre eran tan grandes que les vencía el sueño. En una ocasión atravesaron un pueblo conduciendo dormido el de turno. Milagrosamente se salvaron.
El asunto de la higiene parecido. Cogieron hasta la sarna. Los colchones de los lugares en los que dormían estaban llenos de chinches, piojos... etc.
Papá usaba pijama, y se metían con él: “mariquita”…, y porque se lavaba. ¿Es de hombres oler mal e irse a la cama en calzoncillos?
En Tordesillas les acogió una familia -Ignacio y Dolores- se llaman como mis padres. Les trataron tan bien, que siempre conservamos su amistad.
Hoy en día ya no vive Ignacio, pero Dolores, sí. Fui un día a verla en el verano de 2000.
Mariasun se acuerda que llegando a la casa de Ignacio y Dolores había un camino verde. He encontrado la foto en el álbum. Recordaba Mariasun que mamá le contó lo que mi padre la cantaba por ese camino...
-♫ Hoy he vuelto a pasar por aquel camino verde, que en el recuerdo se pierde, con mi triste soledad... ♫
También ella tiene buena memoria. De lo que yo me acuerdo es de qué mamá y Mariasun eran amigas. Mamá la consoló tanto cuando se marchó Jaime a México... Yo estaba interna.
Sigo con los hechos de guerra que me contó mi padre.
Hubo días que por todo alimento, comieron un puñadito de arroz al mediodía.
El Alto de los Leones fue testigo mudo del abrazo que se dieron, llorando de emoción, papá y tío Pepe al encontrarse allí en bandos distintos.
En mayo de 1938, después de comer en la playa de Vinaroz se despidieron y separaron.

En Santander habían entrado los Nacionales el 14 de agosto de 1938.
Mi padre tenía veintiún años. Para ellos se había acabado la guerra.
Aunque la guerra se acabó en 1939.
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1 Donde le cogió. Llamaban “rojos” a los republicanos.

miércoles, 3 de octubre de 2012

El Colegio de los Padres de los Sacrados Corazones


Del Colegio de los Padres, solo conocí la Capilla. Algunos domingos íbamos allí a Misa de una. Solíamos oírla desde el coro. Papá se concentraba tanto, (como tu padre, Patricia) que ya se nos podía caer: el duro (la limosna1); los mocos, pis, él nada, mirando al Sagrario y atento: Sabía que allí estaba Dios vivo.
En la Consagración todos los señores echaban al suelo el pañuelo blanco de nariz, y se arrodillaban sobre él, (con una sola rodilla, la derecha) para no mancharse. Hay que tener en cuenta nuestro clima, no es que los Padres fueran sucios. Y también, que entonces, se llevaba ir como un pincel, arreglados, limpios y elegantes, bien perfumados y peinados. Nos bañaban todos los días.
De todas maneras en nuestro Colegio estaba todo mucho más cuidado. Vestían ellas un hábito crema de lanilla, muy elegante. Las Madres para salir, se lo ponían negro. Y siempre lo hacían acompañándose una a otra.
En 1926 a papá le llevaron interno al Colegio de San Vicente de Paúl, de Limpias. Donde el famoso Cristo. Y los no menos famosos picatostes2. Sí, ya sé que salto de una cosa a otra. Esto es una carta, y se hace así. Si me pongo a pensar: que le sobran adjetivos, que la construcción sintáctica, que los adverbios, que tal y cual... Mi plan no es sistemático, sino existencial.

A finales del siglo XVIII, Diego de la Piera Secadura mandó este Cristo desde Cádiz con las otras esculturas del retablo. Llamó rápidamente la atención por su excelente factura, de un conmovedor realismo.
El 30 de marzo de 1919, al valor estético se añadió la aureola de un milagro. Aquel día, el sacerdote Don Antonio López, profesor del Colegio de San Vicente de Paúl, atestiguó que, mientras lo limpiaba, cerró los ojos en varias ocasiones. En poco tiempo casi 8.000 personas habían atestiguado que la figura de madera policromada sudaba sangre, lloraba y movía los ojos, y varios médicos le atribuían decenas de sanaciones espontáneas.
De allí trajeron a papá a los doce años, tras preguntarle si sería capaz de llevar las cuentas de la tienda. Y lo hizo desde entonces...
Los Padres de los Sagrados Corazones venían a comer a casa, a tomar café. Recuerdo al Padre Ignacio, al Padre Adolfo, al Padre Recaredo Ventosa, que fue confesor de San Josemaría Escrivá de Balaguer durante la Guerra Civil, mientras los dos estaban refugiados en la Legación de Honduras. Esto acabo de saberlo al leer la Edición Crítica de Camino413, de Don Pedro Rodríguez.
Al padre Luís. En una estampa de aquellos años, le escribió a mamá:
Loly: Si en la vida todo fueran alegrías, ¡qué poco ofreceríamos a Dios! Es precisamente en las contradicciones, donde debemos bendecirle.
Con mucho con mucho cariño
P. Luís
No pone fecha el Padre Luís. Encabezan las abreviaturas: V.C.J.S.: Viva el Corazón de Jesús Sacramentado.
Entonces no se tenía vergüenza para hablar de Dios. Ahora sí. ¡Parece que sólo lo hacen con naturalidad en las telenovelas sudamericanas!
Y, por supuesto al anciano Padre Tomás, que nos atendía a nosotras.
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1 A propósito de la limosna, hay que ser generosos. Don Ramón dice:
-No conozco a nadie que se haya arruinado por dar limosna.
Y San Ambrosio:
-“Extiende tu mano muchas veces favoreciendo a tu prójimo; defiende de cualquier injuria a quien veas sufrir bajo el peso de la calumnia, extiende también tu mano al pobre que te pide; extiéndela al Señor por tus pecados”.
2 Rebanadilla de pan tostada con mantequilla o frita. Acompañados de chocolate a la francesa.
3 Le llamaban así por un abrigo ingles que tuvo, -me cuenta su hermana Blanca-.
4 Editorial: RIALP, S.A. “CAMINO”. Edición crítico-histórica Colección Josemaría Escrivá de Balaguer. Obras completas: I/1.