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jueves, 30 de agosto de 2012

Rouvray: nos fuimos con un grupo a París


A medio verano, nos fuimos con un grupo a París. Se trataba de hacer un intercambio. Luego vendrían las francesas.
Salimos de Madrid en el tren” Puerta del sol” por la noche, las once o por ahí. Llegamos a París a las ocho de la mañana. Quien no haya viajado nunca con grupos numerosos de niñas, ¡no sabe lo que se pierde! Lo primero toda la noche sin dormir. Eso es lo divertido. Y sin dejar dormir, ese es el aliciente. Llegamos a la estación y a recoger el equipaje. Pongamos cincuenta maletas. En aquellos años eran maletas, llenas de comida generalmente, a los 12 años es fundamental. Sobre todo el chocolate...
A la hora y media llegabamos a Rouvray, en transporte público, porque no éramos tantas las monitoras y preceptoras como para ir una en cada taxi.
Rouvray Residencia Internacional, en el barrio de Neuilly, es un palacete precioso de tres pisos, con tejado de pizarra las ventanas pintadas de blanco, los marcos, mejor dicho. Muy elegante, muy coqueto. Por delante tiene un jardín y bastante sitio para tertulias, juegos...
Nos adelantamos un día. No nos esperaban. Allí vivían muy poquitas numerarias, y además era la sede de la Asesoría Regional Francesa de la Prelatura.
Recuerdo que Mamen Pérez-Sierra (hermana de Sisi, de la que ya hablé) estaba en el jardín tapizando los bancos del Oratorio. Así la conocí. Ahora ya está en el Cielo.
Nos acomodaron enseguida en lo que llamaron sisí: tumbonas de playa... ¡más divertido!
Al día siguiente ya todas teníamos cama. Salimos a ver París, a tomar un helado en Lido, a ver el Museo de los Impresionistas...
Algunas habían quedado con niños... Luego, por la noche, ¡otra vez a no dormir! Una quemó su bata a juego con el camisón, porque la puso encima de la bombilla, y..., toda la noche...
Pero, lo pasamos bien. Tuvimos la suerte de una tertulia con M. Jeròme Lejèune, que comenzó en Francia la campaña: "Laissez le vivre", -dejadlos vivir, se trataba entonces de niños con Síndrome de Dawm.
Regresamos a España, y entonces vinieron las francesas, con Madelaine Renedo Klen. Como el mundo es un pañuelo, resultó que mi madre conocía a su madre, porque su tío René se casó y se quedó a vivir aquí. Ahora su mujer Juanchi, es cooperadora. Suegra de Antonio Gª-Escudero.
El caso es que ahorramos tanto dinero a base de no darles carne, que a finales de Agosto acuchillamos y barnizamos todo el piso del Roca.
Y Madelaine la pobre todo el día diciendo: ¿pero es que no hay carne en este país? ¡Qué mal!

miércoles, 29 de agosto de 2012

"Los Molinos" : Noches de emoción


Los Molinos fue un chalet que nos dejó un señor dedicado al cine. Hacía poco se le había caído un restaurante, u hotel, en Los Ángeles de San Rafael y había muerto mucha gente.

Allí también vivimos varias noches de emoción. Estaban viviendo con nosotras (con las de la convivencia), Paloma Arias y Wily. Wily de Guillermina.

Marisa Merladet con chaleco rojo, Malen Parra, y no me acuerso del nombre, pero volví a verla el año pasado en El Rincón

Paloma, hoy, es dentista sofrólogo, en Madrid.
Estaban en la Sierra de Madrid, para dar la formación a las vocaciones recientes, que veraneaban con sus familias, y debía de haber tantas, y tan lejos unas de otras, que al final del verano los zuecos de madera, -como los de las farmacias- , que llevaban, se les quedaron planos, como bailarinas.

También hay que decir que a Paloma la falda del conjunto amarillo de cocodrilo, -que se llevaba entonces abrochada tipo pañal, y que teníamos todas, cada una en un color-..., ¡la besaba! Sí..., vino como si le hubieran metido unos globos inflados por debajo de la falda.
Engordó un montón.
La cosa es que allí en Los Molinos, también estaban los hermanos de las ascritas.
Molestos porque Paloma y Wily no les hacían caso, (jóvenes..., guapas...). Empezaron una guerra.
Primero-solapada-cantándoles-al-pasar:
- “Tú, y tu indiferencia...” (Música de sevillanas)
Después directa.
Una noche en la que estábamos de tertulia en el jardín se presentaron en un coche como catorce. Con las puertas abiertas, sentados encima del capó..., y sobre todo borrachos.
Nos entró un miedo horroroso, y poco a poco nos fuímos metiendo en la casa. Paloma Arias y yo seguíamos cantando, y tocando la guitarra, como si nada.

Cuando comprobamos que todas estaban dentro cerramos persianas y puertas a cal y canto.
Allí siguieron, amenazando con hacernos tales cosas que volveríamos dobles a Madrid...
Llamamos por teléfono a la Guardia Civil. Sólo había uno; "que el compañero había salido no se donde"...
A la mañana siguiente, en la carretera había pintadas: Opus no, y tal.
Nos presentamos en el cuartel a decirle al de guardia que ¡qué le parecía si “eso” le hubiera pasado a una niña suya que estuviera de convivencia con nosotros!
Creo que como sabían quienes eran los llamaron, y los riñeron. Incluso algún padre sacudió a su hijo.

Pero lo mejor fue lo que hicieron los chicos del club Jara (que cerca estaban aunque nunca los vimos). Don Luís Funes, sacerdote numerario, que a la sazón atendía las dos actividades, se lo contó. Entonces...

Los chicos se enfadaron y decidieron proponer varios planes. Uno de ellos, fue acudir a la zona donde se reunían a tomar los refrescos.

A grandes voces, hablaron con el club Jara de Madrid pidiendo que les mandaran no sé que escopeta, munición y demás. Mandaron llamar por teléfono al más grandote que tenían.
La idea era clara. Se corrió que iba a haber gresca.

Alguno salió con un cartucho de sal disparado cómo por descuido en el pompis, pero en resumen acabó la cosa en un partido de fútbol todos juntos y para el resto del verano.
No volvimos a saber de ellos.

martes, 28 de agosto de 2012

Produciéndome serios "ataques de cólera"


A la derecha, Blu con las monitoras: Begoña Cortina...etc...

Los veranos los pasábamos fuera de Madrid, en convivencias, generalmente de 10 días.
La preparación era una gozada. Muchas veces buscábamos la casa. Otras, lo hacía Conchita Bollaín.
Componíamos un folleto, y, ¡a la imprenta!
En el despacho de dirección, colocábamos en la pared una tira de papel contínuo blanco. Lo dividíamos en tantas columnas como convivencias, y allí íbamos apuntando los nombres de las niñas que se venían a matricular. Muchas veces pasaron de 100 en cada una por eso dejamos las casas y buscamos colegios.
Íbamos a los Retiros de señoras para hablarles de las actividades. Al Colegio Mayor Zurbarán, a Los Tilos, que es donde los tenían entonces.
Ver llenarse las listas producía una emoción difícil de expresar con palabras. Muy difícil.
También acudíamos a los centros de la Prelatura, con la misma misión.
Casas y lugares especialmente recordados fueron: Griñón, Los Molinos, Outarelo, Navacerrada, Sigüenza, Puerto de Santamaría...en España.
Manchester. Couvrelles, y Rouvray en Francia. Sin olvidar a la reina de las convivencias: Roma. El ICU (Incontro Romano per la Cooperatione Universitaria).

En Griñón,
Nos dejó un chalet, de una planta, el escritor José-Luís Olaizola, que era entonces un tenista fenomenal, lo confirmaban la cantidad de fotografías suyas colgadas por la casa. Tenía piscina, y finca alrededor. Aquel verano vinieron Paloma Gª Atance y su prima Marta Huete que estaban guapísimas con los pañuelos de gasa atados como los piratas, entre otras. 
Montamos un Oratorio.
Teníamos actividades por la mañana, hasta la hora del deporte, fue donde inventaron tirar las sillas dentro de la piscina, produciéndome serios ataques de cólera.

lunes, 27 de agosto de 2012

UN PARCHE PARA LA OBRA... EL OPUS PAGA CON TALONES SIN FONDOS


Con la experiencia de los robos, Maruja se llevó el dinero de la subasta a su casa, porque no podíamos ingresarlo hasta el lunes. Y, lo escondió tan bien que el lunes no lo encontraba. Tere C. Estuvo en contacto con ella toda la mañana. Necesitábamos pagar algunos talones a las profesoras.
Entonces nos enteramos que un talón no se paga nunca un sábado a medio día.
Ese aciago lunes me quedé a comer en el Roca para ordenar etc... Ya por la mañana había estado llamando una profesora, que no había fondos en el Banco; luego su novio, después la madre del novio, así que estábamos un poco “voladas”.
Sobre la 4.30 llamarona la puerta. Yo estaba en ese momento recogiendo el agua de un florero que estaba caído allí mismo. Pasó el novio de Isabel me pidió el dinero, le expliqué la situación. Y entonces me quedé helada. Sacó una pancarta como de un metro cuadrado o más, y me dijo que a pesar de nuestras buenas palabras, como no pagábamos, se iba a sentar en la puerta a pedir limosna para nosotros...Y así lo hizo.
Me asusté, todos éramos muy jóvenes. 
Ponía:
UN PARCHE PARA LA OBRA...EL OPUS PAGA CON TALONES SIN FONDOS...
Y, mucho más que no me acuerdo.
Llamé a Conchita Bollaín a la delegación que vino enseguida en un taxi, le dió las 5.000 pesetas, y le dijo:
-¡Paséate por todo Madrid con esa pancarta!
Después llegó Maruja con el dinero de la subasta.

Más tarde Lourdes Bandeira que dirigía INCODESA empresa de decoración y de instalación a todo plan, me enseñó a preparar una carta de despido, y, entonces aprendí la palabra FINIQUITO, que jamás había oído, y no la olvidaré.
Ni olvidaré tampoco el detalle de Lourdes de llevarme a casa de la profesora a dársela en mano. Por el barrio nos dimos cuenta de cuánto necesitaba el dinero.
Ahora es una pintora de fama en su tierra.

Una carta del casero que me mandaba a la cárcel

Un 22 de Diciembre hubo actividad. Habíamos recibido una carta del casero reclamándonos el alquiler de varios meses, o yo, -decía-, iba a pasar las navidades en la cárcel.
 Puede que entonces ya pagáramos 60.000 pesetas al mes.
De 1970 a 1976 el alquiler pasó de 28.000 pesetas a 120.000, -con los dos chalets juntos-, ¡que no es paja!
Se lo dije al grupo promotor y a algunos padres. Nos tratábamos mucho porque solían venir con frecuencia: a comer y a la tertulia los sábados, a Misa, a la Bendición con el Santísimo, a la Novena de la Inmaculada etc...
A Rafa Izquierdo se le ocurrió. ¡Vamos a organizar un día dedicado a las madres!
¡Que no tengan que hacer nada! Tú -me dijo-, sólo tienes que conseguir ocho cocinas. Los padres vamos a hacer la comida.
Y así se hizo. En cada piso organizó un grupo de “cocineros”. En el sótano del -vamos a llamar primer chalet- estaban los de la macedonia perfectamente cuadriculados en su pica-pica. En el segundo una buena pata de cordero salía del horno. Rafa, Ingeniero de Caminos, era también un cocinero maravilloso. Habíamos comido Tere y yo en su casa más de una vez. Su mujer, Maruja, a quién había conocido en la Facultad, como Rafa invitaba también a Don Tomás,-el director espiritual de la Región entonces-, disfrutaba pensando que nos iba a hacer coincidir y apurarnos. No pasó nunca. Hasta la Primera Comunión de Sara, la pequeña, pero ya lo contaré..., porque la anécdota no pudo ser más edificante para mí...
Convertimos todas las habitaciones en reducidos comedores: manteles de papel y servilletas, platos y vasos a juego.

Por la mañana doce padres vestidos con camisetas azules ó rojas jugaron un partido en el “polideportivo” que duró 12 minutos y dejó a varios lesionados. Ahí estaba Maruja con sus cubatas para que no fueran a coger frío.
Durante el partido les animábamos :¡rojos,rojos,rojos...! ¡Azules, azules...!
Vino la policía que estaba al lado, en la Embajada de la República Democrática Alemana, a ver que era eso de rojos, rojos.

En la tertulia con 40 ó 50 padres ó no sé, cantamos canciones del recuerdo. Nos acompañaba el padre de Mª Luisa Fuentes que tocaba la guitarra eléctrica como quería.
Rafa le dió el mazo. Empezó la subasta. 100 centros que habían hecho las niñas con Mariangeles Goiri (competentísima decoradora de Lekueder) con hojas y ramas que habían cogido en el campo el sábado.
Vi a Pepe Ferrer pujando hasta 5.000 pesetas por un cerdito dorado al que le salían por la ranura de la hucha unas ramitas y dos bolas.
Me marché al Oratorio. Allí se me había adelantado Rafa, que rezaba intensamente, me conmovió.
A la media hora, más o menos, nos reunimos todos en la sala de profesoras.
Emoción. 
Rafa contaba los dineros.
-¿Cuánto dinero nos hacía falta?
-(yo dije por ejemplo-ahora no me acuerdo-) 278.456.-
Dijo: 278.456.- Y a continuación se echó a llorar sobre la mesa.
Todos creo que aplaudimos... Ni cuenta nos dábamos entonces de lo que sucedía.
Sugirieron llamar a Don Tomás para que nos viniera a dar la Bendición. Yo les dejé en libertad, y me fui a mi casa. ¡Menudo dolor de cabeza tenía!

El ORGANIGRAMA

Sigue el relato de mis comienzos en el club Roca:
Poco a poco el ORGANIGRAMA que había hecho se iba cubriendo con nombres y apellidos. Porque todo hay que decirlo Conchita Bollaín se moría de risa cada vez que lo veía: ¡si lo haces tú todo!
Yo me había ido a Pamplona a hacer unos cuantos cursosde directivos, y otras cosas... Seis para ser exactos. Además de mi inclinación al orden, la limpieza y el trabajo bien hecho.
Tenía cera, -roja-, hasta el balconcito de dirección.
Las preceptoras venían del Colegio Mayor Zurbarán, un día entre semana, -el que su nivel tenía actividad-, el sábado y el domingo por la tarde, si por la mañana no había actividad.
¡Un estupendo voluntariado!
De la primera a la última persona que entraba en el Roca tenía un papel con sus competencias, turnos, encargos, y demás.
Me costó lo mío aprender esto, pues soy de las que prefiero hacerlo, que mandarlo. Pero, Don Heliodoro me decía siempre:
-Vas a terminar dando al bombo. (El de la máquina de 16mm. Del cine de los domingos.)

domingo, 26 de agosto de 2012

Virgen de Begoñaaaa

Me llevó me madre a las clarisas de Santillana del Mar, para dar las gracias porque me habían hecho una chaqueta de angora, -de esas que se te meten todos los pelillos por la naríz-. Tendría yo tres años:
-¡Qué rica la niña!...
-¿Cómo te llamas?...
-¿Sabes cantar?
Y yo dije si, y empecé:
-"Virgen de Begoñaaaa
dame otro maridoooooooooo
(Mi madre me daba con el pié, con la mano, pero yo seguía:
Porque éste que tengo, porque este que tengo
no duermé conmigooooooooooooooo".
Mamá roja..., las monjas... Y me preguntan para rematar.
-¡Quién te ha enseñado esa canción?
Dije:
-¡Mamá!
(Tu tío Pedro debió de ser, que siempre andaba con bromas, -me dijo cuando le recordé la anécdota-).

sábado, 25 de agosto de 2012

El concurso de pintura

Como actividad extraordinaria en el último trimestre organizamos un concurso de pintura y lo difundimos por todo Madrid. Para entonces ya habían venido Maguita Velasco y Tere Comajuncosa a trabajar. Una como jefe de estudios y Tere como subdirectora. Con enorme agradecimiento recuerdo a las a las dos.

En la foto recoge el premio Carmen Escrivá de Balaguer, de manos de Jossete la mujer de Iñigo, Tere Comajuncosa, y Blu

Este concurso nos dió muchas matrículas y quedó “institucionalizado” como nuestra actividad anual.
Al principio lo organizábamos nosotras solas, luego, cuando los años fueron pasando, se lo pedíamos a otras personas.
Un año lo hizo Sisi Pérez-Sierra que había llegado de empezar la labor apostólica en Bruselas (se parecía a Grace Kelly de ese estilo).
Lo hizo precioso. Compró unas planchas enormes de plástico en rojo y en negro, les hizo unos agujeritos arriba con un taladro. ¿Tendríamos taladro entonces? Y las colgó con hilo de nylon en lo más alto de la pared cubriéndola por entero. Allí pusimos nosotros después las pinturas, sin marcos, con unas argollas de papel de cello que aprendí a hacer entonces.

Al mismo tiempo, orientadas por Guadalupe Ferchen, del Gabinete Asesor de Relaciones Públicas, preparamos unas carpetas de PRENSA. Y enviamos "Saludas" a todos los medios.
Los datos de las concursantes pasaban a nuestro fichero de promoción. Actividad que teníamos, actividad a la que las invitábamos.
Por entonces ya teníamos auxiliar de secretaría: Mariví. Además alquilamos una máquina Ran Xeros que hacía las fotocopias ¡en colores!
Cuando cuento estas cosas del Roca, veo que nosotras poníamos toda la vida a disposición de Dios, y trabajábamos sin tregua, pero Él se lucía dándonos unos frutos tan desproporcionados que resulta imposible pensar que aquella labor apostólica la estábamos sacando adelante nosotras con nuestro trabajo...
(Continuará)

viernes, 24 de agosto de 2012

El Roca: Centro de actividades extraescolares.


Vinieron niñas. De 50 colegios. Además de Montealto. Y vinieron hijas de supernumerarios. Son de aquella época: las Ferrer, de la Rica, Carmen Mª Sánchez-Prieto y sus hermanas pequeñas, Mónica Buigues, Paloma Gª Atance, las Huete, las de Adolfo Suárez... y tantas otras... Llegamos a conseguir quinientas asociadas. Montamos las actividades con las mejores profesoras que encontramos en Madrid En pintura una escultora y pintora, con galería de arte; en esgrima la campeona nacional; en guitarra una cantante para la que Calderón compuso la canción “Piel”; en cocina una
Otra actividad importantísima era:

El estudio

Desde las 17:30 hasta las 21:00. Lo cuidaba Begoña Cortina, que estudiaba ella misma medicina, y después sacó si no el número uno del MIR un número fenomenal.
Su hermana Mercedes, estudiante de Farmacia y Biológicas, daba clases particulares a algunas niñas.
El ballet lo daba una bailarina de la compañía de Ana Mª..., estupendo.
En cocina tampoco teníamos de nada al llegar: cucharillas, y nos teníamos que adaptar a la hora de pensar en el menú. En decoración, una decoradora estupenda.

A las 6,30 merendábamos todas juntas y sobre todo nos reíamos. Ramona llevaba el servicio de Office, con todas las consecuencias, pérdidas, ganancias, que todas pagasen..., funcionaba de maravilla.

El sacerdote dirigía la meditación en el Oratorio a las 7,00. Cada día para una edad, lo llamamos “niveles” y teníamos cinco. Entre los 10 y los 14 años, edad en la que pasaban a Jarama. Y como la formación no acaba nunca al entrar en la universidad se guían en Paseo de la Habana.
Antes y después de la meditación, el sacerdote estaba en el confesionario, dispuesto a impartir dirección espiritual y a confesar. Un domingo al mes, por la mañana las mayores tenían dos horas de Retiro.
Venía por entonces a darlo un sacerdote agregado de la Prelatura que le llamábamos en petit comité “San José”. Aquel domingo le estábamos esperando, cuando veo que corre la cortina de la ventana Carmen Mª y dice:
-En coche ¡qué burgués!
Tenía 14 años vivía en Alcalá esquina a Serrano. Y el pobre Don José traía un seiscientos que..., en fin. Pero, era estupenda y poco después quiso entregarse a Dios en medio del mundo, y pidió la admisión como numeraria.
Trabajando ya como enfermera en Pamplona un día arreglándose y con toda su sonrisa dijo:
-¡Qué genial, veo doble!
Tenía un tumor cerebral. Murió con 37 años, dejándonos esa imagen de su impresionante alegría.

Estaba hablando de los retiros mensuales, pues los preparábamos, pensando lo que podía leer cada una. Sobre todo utilizábamos Folletos de Mundo Cristiano. Por entonces empezó a publicarse la colección juvenil. Empezábamos con meditación y Santa Misa, luego salían al jardín o se quedaban en el Oratorio. Al final hacíamos una tertulia de reírnos y de cantar con Líly que tocaba ideal la guitarra y nos cantaba las canciones que componía su hermano, de algunas letras aún me acuerdo.

jueves, 23 de agosto de 2012

1970 Madrid: MIS COMIENZOS EN EL ROCA

De izquierda a deredecha. Mani, Any, Gema, Ana Garnica, y Pily. Detrás Charo Montejo y Mary Carmen.
Blu, -la chiquita de blusa blanca primera a la derecha-, con las señoras del Patronato, y algunas preceptoras el día que Ana Garnica trajo su colección de cuadros para exponer.


El Roca era y es un club de formación cristiana de niñas bachilleres, en el tiempo libre.
Comenzó en un chalecito de la calla Nervión. En la colonia del Viso. En Madrid. El Consejo de dirección lo formaban: Juany Turón, Pili Gon, y Viky Bonet. Dejaron el club y se trasladaron a Jarama. Allí quedó el centro de sr con las niñas mayores, y las pequeñas se fueron a Tambre como club. Llamamos centro de San Rafael a los lugares donde se trabaja apostólicamente con la gente joven, y a él se le encomiendan. En la calle Tambre nos albergó “medio” chalet que ya teníamos pues cuando se cerró Plaza de Castilla de labor con empleadas del hogar se vinieron aquí con Mila López Nebot, - ya murió-, (me lo contó ella misma).
Tenía un terrenito por la parte de atrás, y un jardín pequeñito por delante, con geranios en los polletes de las escaleras de dos tramos.
Aprovechamos los dos pisos, el sótano, y la guardilla. Con el paso del tiempo alquilamos el otro medio chalet y nos quedó fantástico.

Bien, yo llegué del Colegio Mayor Zurbarán a vivir a Jarama, el 1 de septiembre de 1970, -vamos a poner-, con el encargo de trabajar en el Roca. Empecé realmente sola. Trabajaba en Montealto. Colegio de Fomento. Pero, ya el 7 de octubre lo dejé definitivamente. Realmente no sé por donde empecé. Recuerdo que había ocho niñas. Que sabían hacer cosas con barro, iban a círculo (medio de formación que consiste en escuchar un breve comentario del Evangelio del día, práctico, una charla de virtudes humanas casi siempre unas preguntas de examen de conciencia y, después de una pequeña tertulia recoger en una bolsa dinero para llevar algo a los pobres y comprar flores a la Virgen los sábados). Y..., querían muchísimo todo lo de la Obra.

Una de ellas es Lily del Castillo y su amiga María. Hoy las dos de la Prelatura. Casadas y demás. Cuando hacíamos excursiones se sentaban detrás de nosotras y con la guitarra interpretaban canciones (de amor humano a lo divino) para ayudarnos a hacer la oración. El caso es que allí me fui: Manche Gª Atance tenía 16 años y acababa de pedir la admisión como numeraria. Después, pasó un montón de años en África.
Heredé también un club de periodismo que debía funcionar muy bien, al menos las fotos que recogí eran buenísimas. Allí están: Pili Urbano con Karina, con Rocío Durcal...etc.

Empezamos por limpiar. Vinieron a ayudarnos dos señoras, una de las cuales, -Josefa-, se quedó a trabajar hasta que me fui. Más tarde nos trajo a su consuegra Ramona. Realmente fueron una institución. Por la mañana limpiaban, -al principio nosotras con ellas-, cera a todo el suelo, enceradora, "Pronto" para el polvo... Por la tarde cambiaban el uniforme rosa por el azul marino con delantal blanco, y a recepción.
Allí Ramona me hacía hasta la ropa, abría la puerta, cogía el teléfono, anotaba las niñas que llegaban incluso con la hora... Pero..., estoy adelantando acontecimientos.

Conchita Bollaín nos seguía muy de cerca desde la delegación. Creo que su primera sugerencia fue que hiciéramos un pequeño folleto. Lo hicimos. Y no lo cambiamos nunca. Cada año renovábamos los colores que además sólo debían tener dos tintas, -por el precio-. Muchas veces nos inspiramos en la caja de no sé que medicamento del laboratorio SANDOZ. Fue una cosa sencilla: un súper folio con un dibujo de globos patinados por un lado, y la descripción del club, las actividades y el horario por el otro. Pienso que el boceto ya estaba hecho cuando llegué, los colores eran: fondo azul y globos naranja. A continuación había que difundirlo.

Conchita nos mandó a una señora, Maribel del Barco que nos dejó el coche. Todos los días, después de desayunar Marisa Merladet y yo lo llenábamos de folletos, y visitábamos a la superiora, jefe de estudios o a quién hubiéramos llamado previamente para concertar la visita. Una vez allí explicábamos lo que era el club Roca.
Ya para aquel entonces descubrí el tiempo libre como momento ideal de educación. Sí, sin notas de suspenso, sin miedo a castigos..., las niñas podían manifestarse tal cual eran. Y las preceptoras, -como amigas-, corregir.
Tenía entidad suficiente para ser y lo fue un:

Centro de actividades extraescolares.
(Continuará...)

martes, 21 de agosto de 2012

La historia de ese burrito

Se lo regalaron los niños a mamá por su 80 cumpleaños. Fueron a buscarlo en coche, a no sé qué pueblo. Le pusieron flores en las alforjas, y lo colocaron en la entrada de casa, -por fuera-.
Y..., a mamá, le dieron una sorpresa...
Después, una vecina un poco rara, se las arrancó, y las dejó allí tiradas. ¡Un disgusto!
Ya no me acuerdo si la cosa se repitió, el caso es que lo metimos dentro, y ahí está. En el balcón, -que aquí llaman pomposamente terraza-.
Cuando se murió mamá con 92 años, me lo traje a mi casa, y la navidad pasada lo decoramos así.

lunes, 20 de agosto de 2012

Cosas de Loly

Cosas de mi madre:
En esta foto, había una señora que mamá no conocía, y como no la gustaba la cortó.
Tió Pedro con su hermana, que es mamá. Sobre 1957

domingo, 19 de agosto de 2012

Baltasar: El que segaba

Baltasar y María con nosotros en 1947, la estoy buscando...
Baltasar era mozo de almacén en la tienda, pero también trabajaba nuestra casa, en la huerta. Segaba. Plantaba patatas. Las conozco muy bien. Echan unas flores pequeñas, blancas y amarillas, y sus escarabajos tienen rayas amarillas y negras en los élitros. Y guisantes.

A mí una vez no me encontraban:
-¡Blancameliaaa dónde estásss!
-¡Aquíiii, comiendo "jjjisantesss"! No se me veía. O sea, que medio metro debía de medir.
Menos que mi sobrino Álvaro al nacer.

Venía Baltasar de Los Corrales de Buelna en bicicleta.
La abuela Visi con Pedrito sobre 1955
Se ponía una pinza en el bajo de los pantalones para no tropezarse, o para no estropearlos, o para las dos cosas.
Y una fiambrera de aluminio amarrada al soporte de la rueda de atrás, con la comida. Y a nosotros nos encantaban sus patatas: -Lo que es el vicio-, decía la abuela Visi.  ¡Qué a todo le llamaba vicio!... ¡Claro que habiendo nacido en 1895..., dos querras pasó, y necesidades... 
Bueno, pues Baltasar traía unas patatas fritas desde las seis de la mañana o quién sabe. Y se las comíamos. A él parece que le gustaba.
Mamá dice que luego, le daban de comer caliente. Lo que no le gustaba nada, era que cuando segaba con el dalle, nos pusiéramos detrás. Esa cosa de los niños, y los mayores, de estar siempre en el medio. Y esa poca paciencia de quién no es, niño ni viejo -necesitado-, que va a lo suyo, a toda mecha.

sábado, 18 de agosto de 2012

Un sí oportuno...


¿Por qué me fui de casa de mis padres?
Hoy hace 20 años que vine a vivir con mi madre. De lo contrario, se hubiera muerto. Se hubiera dejado morir, sin dar la lata, sin que ninguno de nosotros tres nos hubíeramos dado cuenta. Tuve como una luz, y me vine. Después me enteré, lentamente, muy poco a poco, me fue contando..., que había días que no abría las persianas, y bebiendo agua, se volvía a la cama. Para no gastar... A mí, -cuando la llamaba-, me decía que tenía muchas amigas..., pero lo cierto es que cogía el teléfono al primer ring. Me vine. La encontré llena de miedos: a quedarse sin dinero, a ir al asilo. Vestía de negro. Se recuperó completamente. Hicimos viajes...
Hoy tenemos a Juli, -mi auxiliar de hogar-, todas las mañanas. Nos cuida... ¿Para qué voy a decir? ¡Nos hace de todo, limpia, cocina, va a los recados, nos corta el pelo, me ayuda a escanear fotos, me las hace..., controla nuestros medicamentos!... Nos quiere. Nos cuida.
Cuando escribo estas líneas han pasado en mi vida sesenta y tres años. Escribir la vida después del tiempo transcurrido es como ver una película; es como releer una novela. ¡Cómo va Dios preparando a las personas para que cumplan la misión que les va a encomendar en la fase de esta vida! En 1937 una tía mía escribe a mi padre que entonces está militarizado en plena guerra civil. Ésto es lo que le dice entre otras cosas:
(...)Te supongo enterado de nuestra ida a Hinojedo (por miedo a la aviación) y del resultado tan catastrófico, pues en el chalet que habitábamos cayó una bomba el día 22 de agosto, y créeme fue algo milagroso el que no nos pasara nada de 11 personas que estábamos reunidas en el hall de la casa.
Fíjate si fue cuestión de suerte o un milagro de la Virgen que el "niñuco" estaba dormido en el piso de arriba y se despertó; fuimos a buscarle y cuando bajábamos por la escalera cayó una bomba en la esquina de la casa, justamente donde dormía el niño.(...)
Ese niño, a quien por circunstancias no conocí hasta que vino a casarse con una compañera de colegio provocó sin saberlo un cambio rotundo y felíz en mi vida.
Debió de ser en febrero de 1966 cuando vino Roberto Pastrana a casarse con Mari Carmen Ochoa, con un grupo de amigos médicos de Puerta de Hierro de Madrid. Los acogimos en el estudio. No estábamos aburridas, pero con ellos también nos divertimos mucho y pensamos:
-¿Por qué no nos vamos a Madrid este invierno ?
Dicho y hecho empezamos a buscar piso. Lo encontramos en un anuncio del ABC. Si mal no recuerdo en Arguelles. Viviríamos todas juntas trabajando y quedándose una en casa para hacer las cosas. Buscamos trabajo. Marga y yo en colegios..., y ¡venga la risa! Marila, como modelo de trajes de baño, Rosy de representante de cepillos de dientes... Lo único que salió en serio fue lo de Marga y lo mío. Nos fuimos a Madrid a conocer a los “empresarios”. Cuando en pleno verano nos dijeron que había plaza en Oviedo, no en Madrid, nos fuimos a Oviedo. Allí, en febrero del curso 1967-68 me invitaron a un curso de retiro y un mes después pedí la admisión en el Opus Dei: Por eso digo que Roberto me ayudó a encontrar la horma de mi zapato. Casi todas las cosas en la vida dependen de un sí acertado, de un no oportuno. Yo tengo la sensación de haber tomado dos decisiones en mi vida. Una el 10 de febrero de 1968, cuando me fui de casa; otra el 13 de mayo de 1995, cuando volví para acompañar a mi madre. El resto..., pienso que ha sido la vida quien me ha ido llevando. El caso es que fue una suerte encontrar la horma de mi zapato, y seguir, en ella ¡tan a gusto!
Ésta es la historia.

viernes, 17 de agosto de 2012

1951 Jacinto se ahogó

En la foto del 28 de marzo de 1949, Sofía y Jacinto, Blu, tío Pedro y tía Aurorín, dos años antes del accidente.
El padre de la tía Aurorín se llamaba Jacinto. Se ahogó. Era el 5 de agosto de 1951, tenía 48 años.
Estaban de excursión en el faro de Santander, -llamado Cabo mayor-, y mientras preparaban la comida, de pusieron a mirar el mar sentados en el acantilado a distintos niveles.  De repente una ola gigante lamió la costa, y se cayeron al agua.
Jacinto murió en el acto.
Manolo su hijo, acababa de venir del Servicio Militar, con 20 años.
El tío Pedro y él, le sujetaron las dos horas que tardó en rescatarlos la barca de salvamento, que no conseguía acercarse, sin peligro de ser destrozada contra las rocas.
La tía Aurorín, novia entonces de tío Pedro, lo vio todo.
Tenía 21 años.
Allí estaban también los tíos de Madrid: la tía Julia, y Mily Arenas, con 15 años.
Yo quería mucho a Jacinto.
Era el único que me levantaba en alto, y parecía que volaba.
Tengo una foto de lo que cuento, en la que también estaba Emiliano, -aquel hombre leal en cuanto cabe, que murió solterón-, pero...,  no la encuentro.
Aquí los tíos tienen 21 años, pero iban de luto por Jacinto un año después. Es la primera Comunión con Pepín y mi hermano Ignacio... Entonces la familia era muy extensa, no como ahora que cada uno va a su bola...

Siempre amigo de su padre

Álvaro siempre fue muy amigo de su padre.
Estaban juntos a todas horas..., papá enseñando...

Tengo grabada una conversación de los dos de aquellos tres años, que no tiene desperdicio.

Su Primera Comunión ya fue..., ¡sin rango!, podríamos decir, estilo pueblo.

Una de las pocas fotografías que tengo, con niños de mi colegio, debajo del llorón pero "que cara más linda, más nueva, más inocente", se le ve el alma.
¿Dónde la habré puesto?

jueves, 16 de agosto de 2012

Lo del gatito

Tenía tres años Álvaro cuando ocurrió lo del gato.
Le habían regalado un gatito. Por lo que él cuenta ahora, fue ofreciéndoselo a un montón de amigos y nadie lo quería.
Entonces llegó a casa con él.
-¿Un gato? ¡Ni lo sueñes, -dijo mamá-, después estaré yo detrás de todas alfombras a ver donde se le ha ocurrido hacer pis!
La información de aquella tarde nos llegaba a través de Barbarita. Como sus padres eran amigos, y en casa estaba al aire libre, venían a buscarla más tarde. ¡Hablaba!...
-Álvarito se ha subido al tejado del garaje y ha tirado el gatito al suelo.
- (...)
-Álvarito sigue en el tejado y ha tirado otra vez el gatito al suelo. Los niños del Cuartel están subidos a la cerca, y aplauden.
-(...)
-Ya le sale un poco de sangre por la cabeza..., Al rato, -entierro, supongo- llegó Álvaro:
-¡Ya está! La merienda.
-¿La merienda?...
-¡Asesino!
Mamá solía gritar más que pegar. Para asustar -dice-. Y asustaba. Con sólo echar mano a la zapatilla..., ¡volábamos!... ¡Si con los ojos sabíamos cuando teníamos que entrar a ver una visita y, cuando despedirnos!
-¡¡¡Asesino!!! llegas aquí con las manos llenas de sangre, de un inocente, y... ¿pides la merienda? ¡Tengo un hijo asesino, no podrá ir a la Universidad! ¡De mayor irá preso!
Le montó un teatro, que ni María Guerrero. Yo colaboré lo mío, ofreciéndome para bajarle a confesar. Y me dijo que sí.
Ella se divertía montando estos numeritos, porque se reía por detrás, y decía:
-¡Pobre chiquillo!, sin que se diera cuenta el niño.
A nosotros también nos lo había hecho.
Di que yo...

miércoles, 15 de agosto de 2012

Señorita hermana


Un día le pregunté la lección del Parvulito a mi hermano Álvaro. Los hombres primitivos:
-Vivían en cuevas, o en chofas...
-¿En qué?
-En chofas.
-¡En chozas!
-Pues, en mi libro ponía chofas, y además señorita hermana, (aquí con “pucheros”) ayer no pude estudiar porque nos fuimos a Tagle.
¡Fue siempre tan responsable! Siempre. Estamos hablando de sus tres, a cinco años.
Solía venir el panadero del Horno San José a media mañana. Al que salía a recoger el pan, le regalaba unos palillos. Tenía, -tiene- un corazón, que no le cabe en el pecho:
-Mamá ¿me das dinero para comprar un poco de pan “pa” mí, y “pa” éstos?
A las cinco, yo limpiaba la clase:
-¿Me ayudas?
-Ahora ya no eres mi señorita hermana, ahora eres Blancamelia. No.
Y se iba a jugar al fútbol.
Bárbara hace muchos años que es Azafata.
Otro día, Tote me contó que había soñado con un incendio: y que, él, me salvaba. Era tan potente que se cayó por las escaleras, -sería deslizándose por la barandilla- de su casa, y se reventó un riñón.
Otra vez, en clase: se me quedó colgado de uno de los famosos ganchos para las carteras. Como un jamón. Apenas se hizo nada. Además eran hembrillas grandotas, no ganchos.
Quino, siempre con catarro: Es Farmacéutico.
Al pobre Santy, yo le pegaba...
Lo primero autoridad...
A mí, también me pegaron en el colegio, y no me pasó nada.
¡Menuda, si no me llegan a bajar los humos!
Una mañana oí a Don Jesús Urteaga decir en la televisión:
-Si es necesario romper una regla cada día en la mesa, se rompe.
¡La de reglas que me cargué! La Presidenta actual, del Congreso de Diputados usa un abrecartas..., fue famosa la maza de Trillo...
Hasta que encontré una de aluminio: Un solo golpe en la mesa. Se asustan y me miran:
Una sonrisa:
-Es que, ¡tenéis una potencia! También ellos sonríen. Nadie está enfadado, no pasa nada.
Efemérides
(Me gusta ponerlas...) 
Murió Neru en 1964. Y a Martín Luter King, le dieron el Premio Novel de la Paz.
Este año empezaron a sonar los ritmos frenéticos de los Beatles, aunque a España llegaron algo después. Las chicas se desmayaban en los conciertos.
La ciencia también: se aplico por primera vez el “rayo Láser”.
Renunció al Novel de literatura J. P. Sartre. Nacido en París (1905-1980) filósofo y escritor. Fue el más destacado defensor del existencialismo definido en su obra filosófica: “Las moscas”.
Próximo políticamente al marxismo y sobre todo a la interpretación marxista de la historia. Ha insistido, no obstante, en la utilidad para aquella doctrina de la vocación humana, antropológica en suma, de la filosofa existencialista.
Entre sus obras se encuentran: El existencialismo, y crítica de la razón dialéctica, en teatro.
“A puerta cerrada”, y “Las manos sucias”.
“Los caminos de la libertad”, y “La Nausea”.
Trasmitieron los Juegos Olímpicos de Tokio por televisión.

Fonso




Alfonso (Fonso) Martínez , -fue alumno mío en 1963-, esta en Irak. Acaba de sacármelo Luis Andrés Ceballos, de Internet.

Con él, hay cuatro cántabros más. Dicen que allí, cada detalle que recuerda al hogar y a la tierra, es un tesoro de valor incalculable.

Hay símbolos, fotografías y objetos de toda clase. Pero, a unos 5.500 kilómetros de distancia, el bien más preciado es, sin duda, la Bandera.


Todos tenían, menos ellos. Alfonso, veía con sana envidia a sus compañeros de otras comunidades, y sus “trapos”, expuestos en los lugares privilegiados del campamento.

El subteniente quiso buscar el remedio desde Diwaniya por la vía rápida. La solución, una carta dirigida al Presidente del Gobierno de su autonomía.


-“He paseado la bandera con orgullo, por los pasillos del Cuartel General en Irak, diciendo a mis compañeros, para envidia de los mismos, que me la ha enviado mi presidente”.

Recibieron contestación afirmativa en forma de carta y paquete postal.

-“Su llegada me fue anunciada desde Madrid, por el Estado Mayor del Ejercito”, cuenta en su misiva de respuesta.

Y es que Cantabria, cuenta con una pequeña embajada en la zona de Diwaniya. Son cinco militares, tres en la Brigada Multinacional, y dos, en el órgano de apoyo logístico a la misión Los nacidos en la comunidad autónoma, dentro del contingente de tropas españolas.

Su pequeño regalo de agradecimiento por el trato recibido consistió en una fotografía. La tomaron en la sala de banderas del Cuartel General, junto a las de España: El Salvador, Honduras, Nicaragua y la República Dominicana. Allí se reunieron los cinco, con sus uniformes y con toda la ilusión del mundo porque, por un día, estaban más cerca de casa.

Pero el simbólico trozo de tela no era el único regalo que llego en el paquete postal enviado por el Presidente Sr. Revilla.

 La caja contenía: Una decena de discos con la música tradicional de la región: La Coral Salve de Laredo, el Coro Ronda Garcilaso, el Malvis de Tanos. En definitiva, un catálogo completo de sonido casero. Entre el ruido de armas y vehículos, del viento del desierto, del jaleo del campamento, por algún rincón alguien pincha una canción montañesa.

-“Solo puedo decir que cuando la escucho, se me ponen los pelos de punta de la emoción”, añade de su puño y letra Fonso. ¡Mi niño! antes de despedirse.

Sigue mi lista de alumnos que iré completando, porque de repente me vienen a la cabeza los nombres, otras veces no me acuerdo de nada. Álvaro me ayudará.

17.- Salvadorín

18.- Barbarita

lunes, 13 de agosto de 2012

Lolita, y algunos de mis alumnos en 1963


Digo siempre, -porque es verdad-, que mi hermano Álvaro nació para darnor alegrías. Yo le quise y le quiero como si fuera mío. Aunque no es cariñoso. Mamá dice que no sabe querer. Pero yo recuerdo que al traerle de bautizar, ya apartaba la cara, sin dejarse achuchar.

A mí tampoco me gusta que me soben, así que lo comprendo perfectamente.

Mi sobrina Sara dice que quiere a su manera, y a mí, mucho.

Un día vino Lolita diciendo que su mamá no la dejaba ir de excursión al Museo del Prado.

Pero, ¿tú ya le contaste que la semana pasada estuvimos en Segovia?

Tenía la voz ronca:

-¿Lolita estás con catarro?

-Es que dice mi mamá que yo siempre hablo así.

No he vuelto a verla. Era una rubia preciosa, una muñeca. Y buena. Responsable.



Algunos de los nombres de mis alumnos

1.- Mi hermano pequeño.

2.- Tote Fernández (primo de Rosy Arce).

3.- Quino, su hermano.

4.- Lolita

5.- Martinchu Martín

6.- Santi, su hermano. San “el bombero, bomberito”.

7.- Barbarita

8.- Pilar Revuelta

9.- Javier, su hermano

10.- Ramonín, hijo de los amigos del Narcea.

11.- María, su hermana.

12.- Felipe Barrio

13.- Guillermo el de La Flor.

14.- Roberto

15.- Juan. Que el pobrecito murió por la mordedura de un perro con la rabia, yo no estaba ya aquí. No le pusieron la inyección antitetánica, cuando le mordió. Sus padres vivían en un caserío lejano...

sábado, 11 de agosto de 2012

1963: Frases institucionalizadas en la familia: ¡Coquito mi amor!

 La primera fue:
Rústica aldeana
Pasé una fase tonta, tontísima de tontería.
Tal, que mi padre me decía:
-“Oiga rústica aldeana...,”
Era el comienzo de la siguiente anécdota.
Cerca de Torrelavega, vivían dos maestras de pueblo muy cursis. Los jueves solían venir al mercado. Y en vez de preguntar a la paisana:
-¿A cómo están los huevos? Le decían:
-“Oiga rústica aldeana, ¿podría usted decirme, a cómo se cotiza el producto de la esposa del gallo?”
La segunda:
O conde..., o nada
Otra simpática pareja que no conocí, a la hora de casarse tenían altas aspiraciones.
-Yo me casare con un Conde, o nada.
Y se quedaron solteras.
Después, las llamaron para siempre, las condenadas.
Y la tercera ésta:
 ¡Coquito mi amor!
Aquel verano llegó de México Coco Valenzuela Arce, la prima de Rosy.
Sus padres la enviaron porque quería meterse monja. ¡Y era verdad! Chico con el que salía, chico al que llevaba a rezar el Rosario a la Iglesia.
Nosotras, ¡la verdad, eso no lo hacíamos, nos hubiera parecido..., rarísimo! Pero ella era diferente. Para empezar guapísima, más bien de cine.


Una foto que encontré de Coco, en una boda, sobre 1963
Hacía todas las obras de caridad que podía. Visitaba a los enfermos..., así era Coco.

En una ocasión se puso muy enfermo Paquito Martínez Toledano.
Fue a verle a su casa. Le preguntó qué cosa sería lo que más ilusión le hiciera. Dijo que una bicicleta. Coco, pidió dinero a su tío Casto: ¡Y se la llevó!
Pasaron los años. Ya estaba Curra en cama. Lourdes, su hija pequeña y necesitó ayuda. Entró a trabajar Pepi, -hermana de Paquito-:
Le contó esta historia, y, le dio la foto de Coco, que siempre tuvo Paquito en su habitación, hasta que murió de un cáncer de colon a los 17 años.
El nombre, como ves, nada tiene que ver con, cómo era.
Dulce, rubia..., preciosa. ¡De película!
Estuvo un tiempo en Madrid, estudiando en Montelar.
Ya entonces valoraba la seguridad callejera de España. Nos contaba que en México, iban a todos los sitios en carro. Si sacabas la mano para girar; te robaban las sortijas.
El caso es que una mañana estábamos tomando el aperitivo en casa de Curra, la madre de Rosy, porque era su santo. Había venido también su madre.
Coco, y los más jóvenes estábamos al fondo del precioso salón de damasco en tonos gris perla. Coco le dijo a Toñi, su primo:
-¡Toñi, pasa... La bandeja...! (...), O, una frase parecida, -que no me acuerdo-.
Entonces su madre:
-¡Coquito, mi amor, con la cantidad de pesos que gastamos en tu educasión!
Otra frasecita que se institucionalizó en casa. Cada vez que me ponía “finísima”, papá me hacía burla:
-“Coquito, mi amor”..., no hacía falta acabar la frasecita...

viernes, 10 de agosto de 2012

1963: El asesinato de Kennedy

 

20 de noviembre de 1963

El día 20 de noviembre al salir del cine me enteré que habían matado a Kennedy, Presidente católico de los Estados Unidos de América.
Mientras hacía una visita a Dallas; le disparó Lee Harvey, éste fue asesinado dos días más tarde por Jack Ruby; que a su vez poco después asesinó a Lee Oswual.
A Kennedy le dispararon acertándole mientras iba en coche descubierto, un Cabriolet Lincold con su mujer, que salió ilesa.
Su muerte se cubrió con un carácter mítico, a pesar de que su política exterior, no varío los planes exteriores y los derechos civiles fueron limitados.
El periódico de entonces cuenta que:
“Eran las 12,30 de la mañana. Desfilaba en su descapotable hacia el aeropuerto, con su esposa. Fue abatido por tres disparos, y murió en el acto. 
Horas más tarde era detenido Lee Harvey como autor del atentado, éste fue asesinado dos días mas tarde, por Jack Ruby, propietario de un club nocturno.
Las circunstancias del magnicidio eran, sin embargo, demasiado confusas, y la muerte del único sospechoso contribuyó a la forja de diversas teorías en torno a la responsabilidad del acontecimiento, rodeado desde entonces de un aura de misterio.
La comisión oficial encargada de la investigación del caso y encabezada por el Presidente de la Audiencia Federal, Earl Warren, concluiría atribuyendo a Oswald, la planificación y autoría individual del atentado.
El 25 de noviembre Kennedy fue enterrado en el cementerio nacional de Arlington. La muerte lo convirtió en un mito, a pesar de que su política exterior no varió la línea intervencionista de sus predecesores y de que sus logros en materia de derechos civiles fueron limitados.
El vicepresidente Lyndon B. Johnson se hizo cargo del puesto vacante”.

Ese mismo día tuvo un niño Mary Fely Rojas, aquellos amigos de mamá, que vivían en la Mina en 1942, cuando conoció a mi padre.

jueves, 9 de agosto de 2012

¿El dinero? Nunca volvió a ser problema

Arriba, el segundo de la derecha, mi hermano Álvaro

Álvaro, -mi hermano pequeño-...
La cosa más rica que te puedas imaginar... Todos le quisimos tanto... En la foto, tiene 8 meses. Concentrado desgrana una rama de boj. Concentrado siempre. Y muy sensible aunque estuvo en La Legión.

Nació el 24 de septiembre de 1957; en marzo de 1963, tenía -por lo tanto-, tres años, montando “un colegio”, con mis planes, cambie los suyos, pero vamos por partes.

La cosa fue así.

Mi madre me organizaba la mañana limpiando la casa, haciendo mi habitación, pero acababa enseguida y me mandaba otra cosa.

Como vi que aquello no tenía futuro, pensé en organizarme de otra manera. Además pedí un día dinero a papá. Al día siguiente le volví a pedir, y me dijo:

-¿Pero bueno, que hiciste con lo que te dí ayer?

¡Ah, no! A eso no estaba dispuesta. Ni a racaneces, ni a dar explicaciones.

¿El dinero? Nunca volvió a ser problema. Jamás volví a pedir nada. Monte un colegio en casa. Al poco tiempo tenia cuarenta alumnos.

En 1966, ganaba algo más de 6.000 pesetas. Más, -desde luego-, que la primera nómina que me pagaron en Fomento cuando lo conocí en 1967, que fueron 5.000.

Empecé por enseñar el Catecismo al niño de Asun, compañera del Colegio de los Sagrados Corazones, y peluquera.

Aprovechaba a tomárselo cuando estaba en el secador, así las otras señoras se quedaban admiradas de que con tres años:

-“Dioz es nuestro Padre, que eztá en los cielos. Creador y Zeñor de todas las cosas, que premia a los buenos y castiga a los malos”.
-(...)
-“La señal del cristiano es la Zanta Cruz”.
-(...)-“Porque en Ella murió Jezucristo para “derrimir” a los hombres”.
-¡Bieeeén!
Le animaba desde dentro de aquel martirio, de zumbido en forma de huevo de elefante, donde tenía metida la cabeza.

Mi hermano Álvaro también tenía tres años, -como digo-, así que con dos alumnos y, una camilla empecé las clases: de 9 a 11, por la mañana, y de 3 a 5 por la tarde.

Igual que había hecho con nosotros Don Aurelio, desde siempre.

Con uniforme. Las niñas rosa. Los niños, de azul. De rayitas y, estilo ruso.

Pronto la mesa camilla se me quedó pequeña. Me instalé en el salón delantero.

Sindo, el carpintero me hizo tres mesas: largas y anchas, seis bancos; le quitó la capota al bureau de mamá, y con una silla: ¡La clase montada!

Después pusimos unos ganchos en los bancos, para que colgaran las carteras. ¡Ah! Y tenía un armario con las puertas de cristales. Así se veía el orden.

El método de lectura: “Dalmau”, foto-silábico para los medianos (cuatro y cinco años).

“El Parvulito” para los mayores (seis y siete años).


Los pequeños troceaban revistas.

Papá tenía toda la colección de Blanco y Negro encuadernada, Muy bonita, ¡sí señor! Usábamos el Paris Match y tal. Luego hacían collage. Lo pegaban con engrudo, por zonas que les señalaba. En fin de ese estilo.

Un día nos fuimos de excursión. Sin salir de la clase.
Monté un proyector. Puse unas diapositivas de Segovia. Los niños convirtieron las mesas y los bancos en un autobús de dos pisos.
Álvaro, con un volante de juguete era: El conductor.
En cada “parada”, ponía una diapositiva y, jugando a las azafatas:
-Señoras y señores, ante ustedes:
-“El Acueducto”.
Fue hecho por los romanos. No tiene cemento entre las piedras, ¡jamás se ha caído ninguna, en 1963 años! Muy cerca se come el “cochinillo”. No, no es un niño sucio. Es un cerdito recién nacido. El lugar:
-¡Casa Cándido! Contestaban a coro. Ya se lo sabían.