Buscar este blog

viernes, 1 de marzo de 2013

Eso es paisaje, ¡nada importante!...

Solamente hay una cosa importante en la vida: saber para qué estás hecha, para qué vales, para qué estás en el mundo, para qué naciste, para hacer qué..., es lo primero.
Yo me lo pregunto: ¿Yo para qué nací?
Y ahora, a los 69 que voy a cumplir este mes, ya todo es muy fácil... Acerté en lo que soy, al decir sí a la opción que se me planteaba.

Porque estoy hecha para la vida que he vivido. La que vivo. Nací para ser de Dios. Para tomarme a Dios en serio. Aunque le dije que sí, sin saber exactamente lo que era...
Para ésto me dio Dios las cualidades que tengo, casada no me hubieran hecho falta. Y los defectos, contra los que lucharé con su gracia hasta mi muerte...
Tenía 22 años y ya estaba bien aburrida de esmóquines y fiestas, y "novios" que solamente me hacían ilusión al principio...

Mi vocación humana era la enseñanza, aunque cuando mi padre me planteó estudiar magisterio, pensé: ¡Qué paletada!
Dando clase desde los 18 años, he sido muy feliz, -aunque creo que lo importante era mi vida centrada-. En Dios, sin saber tampoco muy bien quien era, pero fiándome de los acompañamientos espirituales, -que fueron muy buenos-. 
Te estoy abriendo mi corazón.
Cuando volví para acompañar a mi madre en 1991, ya venía enferma, circunstancia que no me permite muchas cosas, pero que me permite aceptar la voluntad de Dios.
¡Y ahí está la cuestión!

Pocas cosas hay que planear o pensar o decidir en la vida. Se te da todo hecho, tú solo tienes que decir: Si. O no. ¡Si aciertas..., serás feliz!
Ese es el resumen: Cumplir la voluntad que Dios tiene para ti. Nada más. Soltera o casada. Trabajando o en el paro.
Eso es paisaje, ¡nada importante!...

No hay comentarios:

Publicar un comentario