Buscar este blog

viernes, 21 de septiembre de 2012

Las Primeras Comuniones

Ignacio-Pedro hizo la Primera Comunión en el año 1954 en el colegio de las Madres de los Sagrados Corazones. Vestido con el uniforme que era blanco, -de lanilla-, con corbata gris y alfiler.
Y muy peinado, con raya y colonia o fijador. A lo Carlos Gardel.

José-Fernando mi primo, y yo, la habíamos hecho solos el 8 de junio de 1952.

Nos prepararon fenomenal, la Madre nos explicaba todo paseando por el enramado de la rosaleda, incluso nos enseñó a tragar la forma, sin tocarla con los dientes, doblándola con mucho cuidadito antes de tragarla.

No es preciso hacerlo así; pero aquello eran detalles de delicadeza, que tratándose de Dios, era más bien fe.

Nos explicó que durante diez minutos después de comulgar nosotros éramos:

-“Un sagrario vivo”.
Por eso nos quedamos un rato1 a dar gracias, cuando acaba la Santa Misa.

Se reza:

-La oración al arcángel san Miguel2. Tres aves marías por todo lo que nos hemos distraído, sin darnos cuenta. Por el mundo entero. El santo Padre, y la iglesia. Nuestras peticiones: los papás, los abuelitos...

Santa Teresa de Jesús, pedía:

-Por esta comunión: ¡que se convierta un pecador!

Una muy amiga mía de Valencia, Manolita Corsini, fundadora del Centro Español de Sindonología, me regaló un libro con lo que la santa le decía al señor después de recibirle. El libro lo he perdido. Se quedó en valencia.

Se rezan:

Las aspiraciones de san Ignacio de Loyola
- Alma de cristo, santifícame... (...)
Y...
- Miradme: ¡Oh mi amado y buen Jesús!…

También nos enseñaron una preciosa Comunión Espiritual:

“Señor, yo quisiera recibiros,

Más, ya que no puedo hacerlo,

Venid, al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si ya os hubiera recibido,

Os lo agradezco, y me uno del todo a Vos.

¡Ah! Señor, no permitas que jamás vuelva a abandonaros”.

Para empezar la adoración, -que es acompañar un rato a Jesús en el Sagrario-, decíamos:

“Señor mío y Dios mío:

Creo que estáis aquí presente, y que me estáis mirando. Os adoro y me reconozco indigna de postrarme ante Vos.
Llena de confianza os ruego, me concedáis la gracia de postrarme ante vos, llena de confianza y amor”. (Algo así.)
Al enseñarnos a rezar, nos dieron las palabras con qué hacerlo, porque a veces pasa, que quieres rezar, y no sabes cómo hacerlo, ni qué decir..., fue bueno ésto.
Y tengo aún otras oraciones para la Elevación que repito si no tengo pensado otra cosa. Para prepararnos mientras nos acercábamos en la cola a recibir al señor:

- Actos de amor, de fe, de deseo.

He encontrado uno de aquellos papeles. Está amarillo y roto, escrito a máquina con tinta morada. Dice así:

"Oh Corazón divino de Jesús - yo creo que el amor - y sólo el amor - es el que te hizo bajar del cielo a la tierra - sufrir muerte de cruz - y quedarte con nosotros - en el sagrario -. Haz señor - que yo nunca te abandone por el pecado -.

Oh Jesús -desde lo más profundo de mi alma- te adoro en el sagrario -oculto por mi amor -. Tú que todo lo sabes - ya ves cuanto te quiero - ven pronto - ven - Señor.

Oh Virgen Santísima, - tú recibiste muchas veces al niño Jesús - en tus brazos y en tú corazón - con mucha reverencia pureza y santidad - haz que yo también le reciba - con mucha humildad y amor."

Y está separado por guiones, para hacer las pausas, debió de escribirlo para nosotros la Madre María Esperanza. Mamá lo guardó todo, me imagino, con el cuidado de una historia irrepetible, como así ha sido.

“Oh Jesús mío tú que nos has amado tanto en belén en la cruz y en la eucaristía - haz que tú recuerdo no se borre nunca de mi corazón - y pueda así pagarte, amor por amor.

Oh María, dulce madre mía - como tú me has dado al niño Jesús en la comunión - yo quiero pagarte toda tú ternura - amándote siempre - con su corazón".


Debíamos aprenderlo de memoria. La belleza habla por sí sola.

La otra oración que aprendimos entonces, es para la elevación:

-“Señor mío y Dios mío: yo os adoro sagrado cuerpo de mi señor Jesucristo que en el ara3 de la cruz has sido crucificado por mis pecados para la salvación de todo el mundo, y especialmente por la mía”.

Con el cáliz decíamos lo mismo excepto:

-“Señor mío y Dios mío yo os adoro sagrada sangre de mi señor Jesucristo que en el ara del altar ha sido derramada para la salvación de todo el mundo y especialmente por la mía”.


El uniforme también alcanzaba al traje de la primera comunión: cuántas razones buenas se me ocurren para no dejar de usarlo.

No estamos hablando de dinero. Pero hay muchas otras: Disciplina. No dar el tostón todas las mañanas, con el qué me pongo.

Ahorro, muchísimo ahorro. Aprender a ir bien vestidos. Sobre todo ahora que no sabéis calzaros unos zapatos, y vais con esos deportivos a todas horas, ¡qué menudo olor!

Y la corbata. ¡Menuda ilusión cuando Javier Martínez Sellers aprendió a hacerse el nudo!
Hay que provocar ilusiones, triunfos, éxitos. Que ya luego viene paco con la rebaja.

El de las niñas organdí blanco, una tela con cuerpo pero fina, trasparente. Empezando de dentro a afuera ese día se llevaba:

-Culero (se llamaba así. En Bilbao también, pregúntale a Marisa Merladet) y ten en cuenta que mamá es del desierto de Erandio. Era de tela, con tira bordada en las perneras; camisita de tirantes a juego; enaguas almidonadas con tira bordada; calcetines y zapatos blancos.

El vestido con muchos: dobles-volantitos encañonados, y, el velo también. Caía desde una capotita que se abrochaba con un lazo grande de raso a un lado del cuello.
Me lo hizo Manola Ventisca que aún vive. Tenía un gusto exquisito.
A veces nos vestía a mamá y a mí, iguales. Hay fotos...

1La hemana pequeña de una amiga mía acompañó una vez a Misa a su madre, -tendría tres años-, al final de la misma, todos se fueron. Y la niña:
- ¡Todos salen, yo alucino!, -le dijo a su madre-.
2Argangel San Miguel, ¡Defiéndenos en la lucha...!, alguna en el colegio decía ¡Defiéndenos en la ducha...
3 El ara. Años más tarde les explicamos a las alumnas lo que era: Piedra para el Santo Sacrificio que lleva incrustado el sepulcro, donde se guardan las reliquias de los santos. Se colocan allí el día de la Consagragración del altar. Al final evaluamos:
- ¿Qué es el ara?
Y Lorena:
-El lugar donde se guardan los “desperdicios” de los santos...

2 comentarios:

  1. Demasiado grande, pero no sabía por dónde cortar...
    Blu

    ResponderEliminar
  2. Quise poner seguramente: demasiado largo, y puse demasiado grande. Lo corrijo aquí, hoy no me deja entrar.
    Blu

    ResponderEliminar