Buscar este blog

martes, 23 de octubre de 2012

Entre "Aloya" y "Las Acacias". Curso Vigo 1968-69


Y retomo aquí para escribir lo que yo quería hoy. La plaza del Diamante...
Leí esta novela, y Aloma, en 1968, cuando en Vigo, vivía en "Aloya" y trabajaba en "Las Acacias". Tal vez, la tomé sin darme cuenta como modelo para escribir como ella, de forma:
"Coloquial, lírico, insignificante, doméstico, ingenuo, dramático.
Y lleno de muchos detalles aparentemente intrascendentes".

Monte El Castro

Lo que yo quería escribir hoy, era sobre la “evangelización”, -vamos a decirlo así-, de los ricos. ¡Que también tienen derecho, pues les “es más difícil entrar en el cielo, que pasar un camello por el ojo de una aguja”!
Me dí cuenta, cuando un día fui, -con una numeraria, María Piñeiro Escrivá de Romaní, sobrina sí, de la Reina Fabiola de Bélgica, -hija de los Marqueses de Beudaña-, a un hospicio, para comprar una formas sin consagrar, que hacían las monjas. Había un olor a pis… Y yo, con unos meses de vocación recién estrenada, pensé…
“Si me hubiera hecho monja de hospicio”, ¡cómo me valorarían todos!
Pero, no era así. Y tuve muchas contradicciones, -digamos-. Lo mío era otra cosa. Era santificarme con mi trabajo y hacer apostolado donde estaba. Y, trabajaba en un colegio de niñas “bien”, -vamos a decirlo así-.
Y, vivía en una Escuela para niñas “superbién”, que “me miraban por encima del hombro”, -vamos a decirlo así-.

Aloya, hoy

Vivía en Aloya. Aloya era entonces una Escuela de secretarias de Dirección, de alto Standing. María Rosa, actualmente en Canadá-, era la directora.
Alicia, la imponente Jefe de estudios. Y luego estaban, -que yo conociera-, las no menos imponentes profesoras, de Inglés, Arte, Estenotipia, -Lourdes Martínez Echevarria, Pilar-...
Yo era profesora de 4º de Primaria en Las Acacias.
Vivíamos pegadas a la Escuela, en un chalet precioso, con torreón, jardín, con mini-lago, nenúfares..., en un alto frente al mar, al lado del Monte El Castro.
En aquel curso, 68-69, vivimos de todo...
Pero vamos por partes:
Si Aloya era bonita, Las Acacias, en la llamada finca de "El cable inglés", deslumbraba. No lo encuentro en Internet para mostraros las imágenes... ¡En fin!, lo cuento.

Las Acacias se situaba a cinco minutos de Aloya bajando por la amplia acera izquierda del Monte El Castro. Era un jardín:
Rododendros, dalias, camelias..., crecían con aquel suave clima gallego; lo invadían todo, y en el centro, mirando al mar desde lo alto: El colegio.
Siempre pensé que bien podría haber sido un internado para señoritas inglesas de la época victoriana, con su internado, sus clases de equitación y tenis, estilo “ El jardín de los Finzi Contini"...
La directora era Chuca Pereda.
La mejor maestra de maestras que he conocido, aunque primordialmente se dedicaba a los padres.
Cuanto sé de didáctica, se lo debo a ella.
Chuca era una mujer fea, con una personalidad extraordinariamente arrolladora. Y lo sabía. Y muy buena.
La subdirectora era entonces Blanca Montoya, una ¡señora!, segoviana, gran amiga mía. Allí en Vigo sigue después de que se murió Chuca montó un centro de Educación especial. Estará a punto de jubilarse.
Y la secretaria. Algo muy raro que se llamaba C., -vamos a decir-.
Y, Pitusa, Mª Jesús,… y muchas más…, éramos las profesoras.
Allí conocí a Carmen, -la periodista que cubre las noticias de la familia real-, cuando tenía unos 14 años. Su hermana Jacqueline, estaba en 4º de Primaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario