Buscar este blog

domingo, 28 de octubre de 2012

1963: Tiempos de paz y rosas frescas


Yo digo que resulta muy fácil la vida cuando ya se ha vivido, y seguir viviendo. Nosotras no tuvimos miedo al presente y fuimos arriesgadas con el futuro. Hoy no tenemos miedo al pasado, le estamos agradecidas.
No tuvimos suerte con nuestros amigos -me dice Mariasun-. Muchos murieron muy pronto: Otros están en busca y captura, algunos enfermaron. A otros los secuestraron. Alguno tuvo que exiliarse amenazado por terroristas. Otros fueron echados de mala manera de sus trabajos.

Nosotras seguimos unidas en la distancia: Cristy, Mariasun, Peté, Encarnita, Rosy, Marga y yo.
Y somos muy felices viendo crecer a nuestras familias, que ya van haciéndose legión.
Aunque no nos hayamos visto en treinta, en cuarenta años, una llamada de teléfono es como si hubiéramos colgado hace cinco minutos, nuestra amistad, les impresiona a ellos; es una bendición.


Nosotros vivimos en tiempos de paz, y tal como están las cosas nos va a dar tiempo de vivir todos los tiempos.
Nuestras familias, la historia de nuestras familias, no es la historia de su decadencia, como en la película inglesa “Regreso a Bridesheadt”.
Me sigue encantando el cine, y en este caso no puedo por menos que compararlo con nuestra vida y pensar que si nuestra historia fuera llevada al cine...
Ya Mari Carmen Ochoa nos lo había advertido, aquellas navidades de 1966:
-Todas las cosas tienen su tiempo, ¿Verdad?
Y efectivamente todas empezábamos a..., ¿aburrirnos?
Buscamos otros caminos, y todas conseguimos lo que queríamos.
Ninguna nos hemos librado de la vida. Pero la hemos amado, nos han querido, y nos han regalado rosas.
¡Con espinas, porque las cortaron frescas!



Así empezamos lo que he llamado segunda parte de mis apuntes. Los tiempos bárbaros, en lo que todo era divertirse sin pensar en nada más.
Tiempos verdes, de esperanza, de fiestas..., pero de todo se cansa uno.
Yo, me cansé a los seis años, de hacer el tonto. Aunque nunca he dejado de hacerlo. Es lo que mejor me sale. Me sigue encantando hacer reír.
Reír y cantar:
-¡Pues contigo me he de casar!1
El mundo seguía dentro de nuestro pequeño mundo, y dentro de fuera. Todavía no nos hacia gracia el chiste de Mafalda:
-¡Qué paren el mundo que me quiero bajar! Porque excepto Cristy, que era un encanto, y llevaba su casa-, el resto no dábamos palo al agua, por lo menos no lo dábamos responsablemente, para los otros.
Tiempos de poesías románticas, (que no sabes lo que significan):
Sólo un enamorado, sabe lo que otro piensa.

Cuando comience a apagarse, la llama que nos alumbró,
y cierres tus ojos, me verás sentado a tu lado,
como cuando en silencio, me susurrabas al oído,
aquellas canciones, que sólo oíamos los dos.
__________________________________
1 La ratita presumida, buen mote que me pusieron mis alumnas trabajando en Valencia entre 1976 y 1991.

No hay comentarios:

Publicar un comentario