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lunes, 8 de octubre de 2012

El último Parte de Guerra en casa


María, la muchacha, siguió muchos años llamando así al Diario hablado de las 2,30. "El Parte". Y utilizando la expresión:
-“En tiempos normales”..., que tardé algunos años en comprender, -antes de la guerra-, quería decir.
Creo que me lo sé de memoria, no recuerdo que nadie me mandara recordarlo:
“En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejercito rojo, han alcanzado las tropas Nacionales, sus últimos objetivos militares. La Guerra ha terminado. Madrid, 1 de Abril de 1939

Hubo “Un millón de muertos”. Leí un libro de Gironella con este título. Sólo en Madrid murieron 451 religiosos, 73 religiosas muertas o desaparecidas. Sin salir de la Provincia, de las 210 Iglesias que había: Destrucción total 45. Destrucción parcial 56. Daños leves 84. Sin daños 14. Intactas 11.
Papá no era político, ni fanático de nada. Era un señor normal, tolerante, y cristiano sin ostentación.
Si no sabíamos algo nos informaba, pero no imponía, ni ideas, ni nada. No hacía, “como que le gustaba la música moderna,” para acercarse a nosotros, ¡le gustaba de verdad!

Heredamos sus 18 Compact disk y sus 60 cintas de cassette. Lo que quedó después de los “repasos” que dieron “unas y otras”, -que no soy yo-:
Música de organillo. Mexicanas. Beethoven. Mozart.
Incluso Viva la gente, dedicada: Para Blancamelia.
Soldadito español2… Sevillanas, Romina y Albano, El día que me quieras…

Le gustaban las películas de Wald Disney, ¡cómo lloramos todos en “Bambi”!
Jugaba a la petanca, se divertía con nosotros. Estaba. Este es el “quid” de la cuestión: Nuestros padres ¡estaban!
Y de mayores lo mismo. Era nuestro padre, pero la relación era de confianza, y respeto, eso sí, groserías, ninguna.
La palabra hortera, que se puso de moda por los años 60 en plan clasista e insultante, no la permitía:
-Busca en el Diccionario lo que significa.
¡Que hubiera dicho de vuestra jerga actual, que además imitan los adultos introduciéndola: “Como dice la gente joven”...!
Lo más fuerte que decía cuando, pocas veces, se enfadaba era:
-“A otra cosa mariposa”.
Siempre nos trató como a mayores:
-No hagas el tonto. No digas tonterías.
Mayor, que puedes consultarle un asunto, y fiarte, por listo y por bueno. Yo tengo amigas así. Con ese confiar, listas y desinteresadas. Buenas.
Nos dejaba muy libres. De dinero, le decíamos “de la Virgen del puño”. Por lo “agarrao”. De viaje era otra cosa.
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2  Ventiun años después no he podido volver a ponerla. Ya muy enfermo hacía la instrucción por el pasillo enorme -de 50 metros- con ella, aunque vivir es olvidar, aún se me parte el corazón.

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