Buscar este blog

sábado, 21 de julio de 2012

La boda de mi abuelo paterno Ignacio



Mi abuelo Ignacio tenía 24 años. Avelina 22, y no es mi abuela. La Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación fue el lugar elegido. La que nosotros llamábamos “La Vieja”.

Dice el acta de Matrimonio:

Que estaba instruido en la Doctrina Cristiana. Con el previo consentimiento paterno.
Con la lectura de una de las tres canónicas moniciones2, al Ofertorio de la Santa Misa, se interrogó en la Iglesia; y el Señor Previsor y Vicario General del Obispado, Don Alejandro Fernández Cueto, dispensó de las otras dos (moniciones); no habiendo impedimento alguno canónico (dice Don Fernando Ibáñez Camporedondo, cura coadjutor):
-Casé por el mutuo consentimiento a Ignacio y Avelina; celebré la Santa Misa en la que comulgaron, y les di las Bendiciones Nupciales.
Fueron testigos de todo Don Remigio García y Don Felipe García.
Y para que conste lo firmó, fecha ut supra.

Don Ceferino Calderón Díaz

A 31 de julio de 1901


En 1902, tuvieron dos hijas: Abelina, muy fuerte, grande, potente -murió interna en el Colegio de Madernia- el 27-VIII-1925. Tenía entonces 17 años. Y Mª Teresa. Hizo la Carrera de piano, y estuvo un año en Francia..., moda que siguió vigente entre nosotras hasta por lo menos 1960...
La familia vivió primero, encima de la Ferretería, en un piso que hacia chaflán entre la calle Consolación, y la calle Ancha, -ahora se llama de otra manera-. Después se trasladaron al Boulevard. Era el jardín del Palacio de Don Luciano Demetrio Herrero.
En 1903 Torrelavega contaba con apenas 4.000 habitantes, con el título de ciudad recién concedido, ejercía su papel de cabecera comarcal gracias a la importancia de los mercados, y ferias, y a la incipiente industria.
El Palacio que fue construido por los abuelos de Mª Rosa, Vicentina y sus otros dos hermanos. A Vicentina la veo en verano, vive en Madrid. A Mª Rosa la ve Marga, porque se casó con un diplomático, y vivió en Perú3.
Don Demetrio Herrero, hijo de un emigrante de Cuba que regresó con una gran fortuna, cedió al Ayuntamiento de Torrelavega el “prado majuelo” con la condición de que fuese utilizado como paseo, que hubiese dos hileras de árboles y bancos para sentarse, y que no se colocase nada en el centro, -ni jardines, ni fuentes, ni estatuas-.
El arquitecto fue el Laredano Joaquín Rucoba.
Desde 1925, el cuerpo central aloja la Casa Consistorial. En los bajos se alojó antaño, el Banco de Torrelavega, el Hotel Comercio, y, más recientemente, las oficinas de la Policía y el Instituto Nacional de Previsión.

Recientemente, gracias a nuestro amigo Gus Udias, -que lo vio desde la ventana de casa de mamá-, hemos recuperado los antiguos crucifijos que había colgados en las paredes de lo que fueron oficinas de policía. Están colocados en Peñalabra4

Frente al Palacio, el edificio de la familia Sañudo, construido en 1912. En el tercer piso vivía la familia de papá.

Después de la Guerra Civil de 1936, el Banco de Santander compró la Banca Herrero5, que tenía allí su sede, y otros dos. Hasta ese momento y desde 1934, Don Emilio Botín Sanz de Santuola dirigía sus actividades sólo para la burguesía de la capital.

En la casa de mi padre tenían el suelo enmoquetado, y sobre él, alfombras persas; un pasillo de cincuenta metros cuya alfombra tenía el encargo de cubrir, y descubrir para la limpieza, con una estera gris, papá.
--------------------------------------------------------------------------------
1 Así dicen en Argentina, cuando te quieren mandar... ¡lejos! Me gusta a mi Argentina... ¡Finísimos!
2 Consejo que se da o advertencia que se hace a uno.
3 Hasta que dijo que allí lo más interesante que había era Marga, y se fueron. Me lo contó la madre de Marga.
4 Colegio de niñas en Mogro.
5 Don Gervasio, el abuelo de Luisina Herrero, pariente de Vicentina, compañera de Colegio en Cóbreces, y ahora amiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario