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viernes, 27 de julio de 2012

Yo no soy Cristina Arteaga. ¿Dónde empieza esta historia?


Yo no soy Cristina Arteaga, ni “El hijo bastardo1 de Alfonso XIII ”... Pero cuando me presento en “mi ambiente” de los últimos 40 años me dicen:
-¿Blancamelia2?
-¿La famosa?3
Y, sí, desde finales de los 60, con este nombre...
-“Me hice famosa”.

Me pasan las mismas cosas que a todo el mundo.
Pero cuando las cuento, la gente se ríe. Por eso las escribo. Empecé a escribir el 20-X-99. A pensarlo desde septiembre de 1967 .

Mamá a sus ochenta y cuatro años es inimitable, irrepetible, fantástica, mundial, y con su filosofía de la vida..., su raza... nos produce anécdotas constantes muy divertidas.
-"Es una pena que todo esto se pierda, escríbelo”4.
Después, despacito, a ratucos. Como siempre, me he remontado “a los Romanos”. Pero dice Virna Lisi, en la película: “Donde el corazón te lleve,” de la novela (que no he leído) del mismo nombre de Susana Tamaro:
    -Para contar una historia, hay que empezar desde el principio.
    Contando cosas vividas, o, que han vivido algunas personas de mi familia, nos hemos reído mucho: Amigas, alumnas, familia. Pienso‚ que escrito también nos hará reír, y, ¡es tan importante reírse!
    En "Huelva, lejana y rosa" de Rafael Gómez-Pérez, relata su infancia: “la calle de las mujeres malas”, “las natillas en clase”, “el pan de los angelitos”..., luego lo agrupó junto a otros dos libros bajo el título: “Memorias del sur”.
    Me reí mucho. Muchísimo. En momentos que..., ¡me hacía una falta!..,
    También lo hice con “La rosa” de Cela: Cómo llega el pobre, todo “mareao”.
    O, más recientemente con « La infancia »» de Alfonso Ussía: « Íbamos a la playa por la mañana. Ir por la tarde era de pobres »..., me río porque no sólo en San Sebastián, en Santander también pasaba.

    Lo que ocurría más bien es que las horas de sol (antes de cambiarlas, ¡claro!) mejores, eran de 11 a 2. Luego la siesta. Después arreglarse para salir otra vez.
    -Ir por la tarde era de “boronos”, dice nuestro amigo Juan Verdejo Sitches.
    Ya sin sol, y por la noche, con algo de abrigo para protegernos de relente5.
Tengo cierto pudor para llamar a lo que he escrito: “Torrelavega, cercana y verde”. No sé,
¡lo del paletismo lo detesto!

Empecemos por: Mis recuerdos de niña, junto a la huerta de guisantes.
Después:
-Ya veremos. Decía siempre mi padre. Yo pensaba: “Dijo un ciego, y nunca vio”.
Abarca el periodo de mis choznos antes de 1838, a mi salida del Colegio en 1963.
El proyecto es seguir con una segunda parte:
Recuerdos de mi juventud: "Siempre es domingo", que abarque los años bárbaros: de 1963 a 1967. De mis 18 a mis 23.
Y, una tercera: "La horma de mi zapato", del año 1967 al 2000..., hasta lo que dé de sí...
Y todavía sigue...
El último proyecto quedará si tengo tiempo, para publicación póstuma.
Solo quise quererte”.
No lo veo lejano.
Diez años tal vez.
Heredé una enfermedad de mi padre…, pero, ¡Dios sabe más!

Cuando papá se puso enfermo, el 18 de noviembre de 1987, -con aquel ictus-, lunes, viajé quince veces, en trece meses, desde Valencia: Trece horas de tren, más autobús, para venir, y otras tantas para regresar. Pude pensar mucho.
¡¡¡ Pensar !!! Es una de las cosas que agradezco a Dios.
Me dio: tiempo para pensar.
El tiempo es precioso, el tiempo pasa.
El tiempo es una fase experimental de nuestra suerte definitiva. De él depende nuestra suerte futura y eterna. Si damos pruebas de fidelidad a los propios deberes. Decía Pablo VI.

En pleno final del siglo XX. Cuando a algunos nos entró: primero, la prisa, que parecemos los hombres grises de “Momo”, "las" prisas, que no solo: para nada son buenas, sino que su víctima es la ternura.
Y luego: el agotamiento.
Cuando dejé la Dirección de Promoción de los Colegios de “Fomento de Centros de Enseñanza” de Cantabria, 1995 llegó el regalo del ordenador de segunda mano de Torrevelo y Peñalabra.
Luego el de mi hermano Ignacio. Pensé que era un buen momento para aprender.
Ya tengo el tercero.
No se me da mal, y le he cogido el gusto.

Pensé también titular este tomo como: “LA FUERZA DE LA EDUCACIÓN”: Porque papá solía decir:
-(...) “Es cuestión de educación”...
Y mamá:
-“La educación, suple a la virtud”. “Con la educación se nace”. Ahora no nos vamos a poner a discutir, pues sí, pues no..., ellos lo decían.
Y por contrarrestar el título y el contenido de la película que no tuvo éxito ninguno. “La mala educación”, -de Almodovar-.
Lo de cristiana, lo pongo yo, porque lo así lo pienso:
-“El Cristianismo es la exquisitez”6. Y exquisita fue la que nosotras recibimos.

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1 Don Leandro de Borbón, ¡por fin en junio de 2003! Ruiz de Moragas. Setenta y cuatro años solicitando este título.
2 Para ser santa, porque con este nombre no hay ninguna. ¡Qué ingenua, creí que el camino sería algo más corto! Si mi abuela materna vivió cien.
3 Blanca Sánchez-Robles.
4 Cristina Gil Díaz-Usandizaga, mi médica competentísima de la Seguridad Social, en Palencia.
5 Humedad de las noches en este tibio clima.
6 Márian Amador. Médico. Humanista.

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